Estamos hechos y hechas de pedacitos de cosas que hemos visto, vivido, leído u oído. La música es algo fundamental en mi vida, porque no os podría decir que me gusta un género en particular o más que otro, solo que la música la vivo, me emociona y me llena.
Desde que estudié la ESO, la música clásica forma parte de mi, la escucho y vivó con emoción como la primera vez que escuche Para Elisa de Beethoven o sentí el violonchelo de Jacqueline Dupre en mi corazón. Pero Mozart siempre ha tenido un lugar especial por lo que viendo el catálogo de Filmin vimos la película que os quiero compartir este lunes.
Una película del año que nací yo, 1984, gran triunfadora de los Oscar de ese año y que 40 años después de estrenarse vimos en casa David y yo por primera vez.
"Antonio Salieri es el músico más destacado de la corte del Emperador José II de Austria. Entregado completamente a la música, le promete a Dios humildad y castidad si, a cambio, conserva sus extraordinarias dotes musicales. Pero, después de la llegada a la corte de un joven llamado Wolfang Amadeus Mozart, Salieri queda relegado a un segundo plano. Enfurecido por la pérdida de protagonismo, hará todo lo posible para arruinar la carrera del músico de Salzburgo. Mientras tanto, Mozart, ajeno a las maquinaciones de Salieri, sorprende a todos con su genialidad como músico, pero también con sus excentricidades".
Una peli que nos habla de
- egos,
- envidias,
- talento o falta de éste,
- historia de la música,
- historia detrás de los acordes, por ejemplo, de un violín.
Una película muy larga y que a mi por lo menos se me hizo algo de bola, por la lentitud.
Eso sí me enamoró las escenografías y esas óperas llevadas al cine como parte importantísima de la historia tanto de Mozart como Salieri.
Una película que no creo que vaya a volver a ver, pero que no me arrepiento de haberle dado al PLAY.
¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido o pareció? A pesar de mi aburrimiento, os la recomiendo, porque al igual que con la música cada uno o una tenemos un gusto y opinión y esta de aquí, solo es la mía.
¿Nos vemos mañana?
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