Haciendo los encargos a los Reyes Magos en una librería del barrio, me encontré de cara, sin esperarlo y sin haberlo visto nunca un nuevo libro de una de las mujeres, que considero mi gran pasión, Marie Sklodovska, o como la conocemos mundialmente, Marie Curie.
Un libro de National Geographic, en el que nos bucea en el mundo de la ciencia al que esta impresionante mujer dedicó su vida, haciendo unos pequeños altos en su vida personal, pero sobre todo mostrándonos la faceta de la Marie más profesional, más constante, más cabezota y más metódica en cuanto a su forma de entender el trabajo. Ella jamás buscó la fama o el éxito, ella solo quiso aportar su grano de arena a la ciencia y con él, mejorar la calidad de vida de las personas.
Una vida en la que tuvo que dedicar mucho esfuerzo, hambre y frío para estudiar y aprender lo que la llevaría a ser científica y matemática, sin una queja pero con toda la fuerza y tesón posible. Que tenía que remover las soluciones ella misma a temperaturas a más de bajo cero o extremo calor en una granja que no contaba con las condiciones sanitarias y de seguridad mínima, lo hacía...
Que tenía que hacer dobles y triples jornadas entre su trabajo y su familia, lo hacia...
Que tenía que viajar por el mundo para conseguir un gramo de radio, dando conferencias, lo hacia...
Que sintió que tenía que aportar su granito de arena con las llamadas "petite Curies" en la primera guerra mundial, ahí estaba ella, con su hija la mayor sacándose el carnet de conducir, tratando de salvar la vida de aquellos que estaban luchando en el frente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario