lunes, 31 de enero de 2022

Always Marie Curie

Haciendo los encargos a los Reyes Magos en una librería del barrio, me encontré de cara, sin esperarlo y sin haberlo visto nunca un nuevo libro de una de las mujeres, que considero mi gran pasión, Marie Sklodovska, o como la conocemos mundialmente, Marie Curie.

Un libro de National Geographic, en el que nos bucea en el mundo de la ciencia al que esta impresionante mujer dedicó su vida, haciendo unos pequeños altos en su vida personal, pero sobre todo mostrándonos la faceta de la Marie más profesional, más constante, más cabezota y más metódica en cuanto a su forma de entender el trabajo. Ella jamás buscó la fama o el éxito, ella solo quiso aportar su grano de arena a la ciencia y con él, mejorar la calidad de vida de las personas.

Una vida en la que tuvo que dedicar mucho esfuerzo, hambre y frío para estudiar y aprender lo que la llevaría a ser científica y matemática, sin una queja pero con toda la fuerza y tesón posible. Que tenía que remover las soluciones ella misma a temperaturas a más de bajo cero o extremo calor en una granja que no contaba con las condiciones sanitarias y de seguridad mínima, lo hacía...

Que tenía que hacer dobles y triples jornadas entre su trabajo y su familia, lo hacia...

Que tenía que viajar por el mundo para conseguir un gramo de radio, dando conferencias, lo hacia...

Que sintió que tenía que aportar su granito de arena con las llamadas "petite Curies" en la primera guerra mundial, ahí estaba ella, con su hija la mayor sacándose el carnet de conducir, tratando de salvar la vida de aquellos que estaban luchando en el frente.


En este último libro que me he leído de ella, se comparte una conferencia que dio en España en 1936 que se tituló, El porvenir de la cultura:

"Estoy entre los que piensan que la ciencia tiene una gran belleza. Un científico en su laboratorio no es solo un técnico: es también un niño frente a los fenómenos naturales que lo impresionan como un cuento de hadas. No debemos permitir que se crea que todo el progreso científico se puede reducir a mecanismos, máquinas, motores aunque toda esa maquinaria tiene también su propia belleza. No creo que el espíritu de aventura corra ningún riesgo de desaparecer en nuestro mundo. Si ve alrededor de algo especialmente vivo es precisamente ese espíritu de aventura, que parece indestructible y está emparentado con la curiosidad".


Unas palabras de una mujer incansable, a la que solo los efectos de la radioactividad en su cuerpo tumbo cuando falleció a los casi setenta años de edad. En el año 1995, los restos de Marie y de su marido y también científico Pierre Curie, fueron trasladados al Pantheón de París, un santuario laico donde reposan los restos de los grandes hombres de Francia, a la que yo añadiría, grandes mujeres.

Por supuesto que os recomiendo este y cualquier otro libro que tenga como núcleo central la vida y obra de esta impresionante mujer. Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con otra
mujer :) :) :) :) :)


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