"Ariadna descubre que su abuela busca desde hace tiempo los restos de su padre, desaparecido en la Guerra Civil. Decidida a ayudarlo, viaja a Burgos, donde están exhumados en una fosa común en la que podría estar enterrado. Durante su estancia allí, conocerá la historia de Antoni Benaiges, un joven maestro de Tarragona que antes de la guerra fue profesor de su abuelo. Mediante un innovador método pedagógico Antoni inspiró a sus alumnos y alumnas y les hizo una promesa: llevarlas a ver el mar".
Creo que lo que sucedió en la sala de los Cines Manoteras con esta película solo me ha ocurrido en otras dos películas: Maixabel y La voz dormida. Un silencio sepulcral donde se ahogaban los lloros y la emoción de quienes la habíamos visto y un aplauso unánime, espontáneo, no buscado pero sentido ante la historia real que acabamos de ver.
Una película y unos personajes que existieron en la vida real, y la lucha de muchas familias por encontrar los restos de sus familiares y enterrarlos o hacer con ellos y ellas lo que quieran porque para eso son suyos, no de la tierra o los mal nacidos que allí los echaron.
Una película que trata sobre la inteligencia y la cultura, o el miedo a tenerla.
Una película que habla sobre la barbarie y el sufrimiento de una época que duró casi 40 años con la dictadura de Franco.
Una película que habla de la educación y el derecho de todos y todas a tener una de calidad donde no haya miedo, solo disfrute y ganas de aprender.
Una película que nos pone en el centro los fanatismos.
Una película que nos habla sobre la memoria, la justicia y el descanso.
LO MEJOR DE ELLA:
- Enric Auquer, mágico, leal, legal, honesto, real, empático. Un hombre maravilloso que ama su trabajo, que se preocupa de sus alumnos y alumnas y que es comprometido con la época y sus ideas. Dando vida a un profesor que existió en la vida real y que todavía a día de hoy, no sabemos donde están sus restos.
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