Shakespeare siempre nos desborda. Su capacidad de entrelazar historia, amor apasionado, pulsión de muerte, sentido de Estado, humor y un sin fin de elementos que nos constituye como seres humanos hacen de esta obra uno de sus grandes hitos dramáticos.
Antonio y Cleopatra es una obra crespuscular. Asistimos al final de una determinada concepción política del mundo y, también, al de unas cuantas vidas humanas que no quieren verse manchados por la indignidad.
Con los rostros de Lluís Homar y Ana Belén como grandes reclamos hasta el 7 de noviembre podemos ir a ver esta obra tan antigua pero que habla de temas tan actuales. Porque así era William, un señor muy visionario de los grandes temas literarios y vitales del ser humano.
Con este breve post que va acorde con mi cansancio mental y físico os deseo un feliz y frío jueves -por lo menos aquí en Madrid-. Besos y mañana espero veros con los estrenos de cine de la semana
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