En este viernes tan especial, lleno de cosas que hacer, recoger y con algún nervio de más en la boca del estómago, lo quiero empezar con mi poeta musical, con Antonio Orozco. Hace años su música me acompaño en los días más asfixiantes, me ha acompañado en los buenos y felices días, y esta canción tan especial, Te juro que no hay un segundo que no piense en ti, me ha acompañado en estos meses hasta mañana, sábado 5 de julio, día en el que después de casi 18 años, me caso con mi compañero de vida.
La boda nunca había sido un propósito para David y para mí, pero hace algo más de un año paso a ser parte de nuestras conversaciones, valorando el hecho de formalizar nuestra relación y ya no solo dejarnos protegidos el uno al otro, sino en mi caso, proteger a mi madre, en caso de que a mi me pasará algo. Y en esas conversaciones llegó el paso hacia adelante.
Como primer paso, conseguir cita para gestionar el expediente matrimonial que fue algo complicado, pero ahí estaba David insistiendo y mirándolo constantemente, hasta que encontró una fecha libre para finales de noviembre. Y ahí esa fría mañana nos pusimos rumbo a la calle Pradillo -muy conocida para mí en mi día a día laboral- junto con mi compi y amiga Alba y nuestra Nuria como primeros testigos que afirmaban ante la ley que nos conocían y daban testimonio de que éramos pareja.
Y ese día, con mi portátil, mientras mi compañera asistía a una reunión por Teams me metí en la página de matrimonios civiles en el Ayuntamiento de Madrid y encontré el sábado 5 de julio a las 10:45 hrs, y sin miedo y con la seguridad que da el vivir en una relación trabajada desde el respeto y el amor confirme la cita para el día de mañana. Un día que jamás pensamos pero que a medida que han ido avanzando los días, a mi solo me hecho sentir felicidad, amor y suerte. Suerte de lo bien rodeados que estamos tanto de la familia de vida como la elegida.
Mañana viviremos la boda que yo diseñe hace unos 7 años con mi amiga Ana por whatsap y que podremos vivir y disfrutar muy bien rodeados y sobre todo de la mano, como desde aquel primer beso en Fabrik que me hizo temblar hasta el pelo y sentir que el suelo se hundía.
Encima nos casamos en un sitio con el que yo decía desde niña: mami, de mayor me casaré ahí :P
Y solo me sale en este día anterior ser feliz, sentir paz y calma ante el nuevo episodio que escribimos en nuestra historia juntos y sentir que quiénes nos acompañan saben que aunque de más o menos tiempo en nuestras vidas, son importantes para nosotros.
Me siento afortunada, querida y amada, que solo quería sentarme por este rincón, para compartiros que mañana me caso con mi compañero de vida, que soy inmensamente feliz y que cuando pienso en la vida que nos queda por delante solo siento fuerza y ganas de seguir abriendo capítulos de una historia que comenzó dentro de unos días, 18 años.
Así que nada rinconeros y rinconeras, nunca creí que diría esto, pero ME CASÓOOO!!!
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