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jueves, 10 de julio de 2025

Un tranvía llamado deseo en el Teatro Español

Mi cara de sorpresa hace un par de semanas cuando con mi compañera fui a coger el autobús y vi la obra de teatro que os siento este jueves fue enorme!!! No había oído hablar de ella y la verdad que desde que soy muy jovencita siento verdadera debilidad por la obra teatral de un tal Tennesse Williams.

Un tranvía llamado deseo es una de las películas favoritas de mi madre, la hemos visto con ella muchísimas veces. Por lo que entre mi madre y mi predilección por el teatro del autor norteamericano todo invitaba a que cogería las entradas. 

Como os compartí el viernes pasado, desde el sábado 5 de julio soy una mujer muy felizmente casada con mi chico y las entradas de este tranvía ha sido uno de los regalos que nos hemos hecho por celebrar que después de casi 18 años, el amor sigue ahí. Solo os puedo decir aunque un día me siente con calma a contaros, que fue un día especial, feliz y que sentirme unida a David es de las sensaciones más bestias que he sentido nunca. El sábado pasado estuvimos rodeados de familia de vida y elegida, nos sentimos privilegiados de vivir tan bien rodeados.


"Tras arruinarse y perder la casa familiar, Blanche DuBois regresa a Nueva Orleans viéndose obligada a vivir en la casa de su hermana Stella, que está casada con el inquietante Stanley Kowalski. La pasión que surge entre ambos desemboca en una tragedia que evidencia la diferencia entre realidad y delirio. 

Una gran obra que aborda el choque entre la ilusión y el realismo y define el teatro de los años 40 norteamericanos, convirtiéndose  en un clásico para las generaciones siguientes. Un viaje por Nueva Orleans a través de un tranvía con dos paradas -Pasión y Muerte- entre las que  los protagonistas deben decidir; dos estaciones que definen el trágico e inevitable destino al que se dirigen".

En palabras de David Serrano, director de la obra: Un tranvía llamado deseo es una de las cumbres de la dramaturgia norteamericana, un texto redondo e incuestionable sin el que es imposible entender el teatro del siglo XX. El Tranvía resulta hoy tan rica y poderosa como cuando se estrenó hace ya más de setenta y cinco años, y es que muy pocas obras han aguantado tan bien el paso del tiempo y aún menos obras están tan presentes, obviamente debido en gran parte a su adaptación cinematográfica, en la memoria de los espectadores de todo el mundo. 

Tennessee Williams, quizá el más autobiográfico de los dramaturgos estadounidenses, afirmaba que cada una de sus funciones daba cuenta “del estado de mi mundo interior en el momento en la que fue escrita”. Esto es especialmente claro en el Tranvía, donde plasmó, con una tremenda honestidad, su compleja relación con el amor y el deseo. Sus personajes reflejan, además, muchos aspectos de su fascinante personalidad y la de la gente que lo rodeaba. “Habría que dejar siempre en un personaje dramático un campo que no se comprenda. Siempre tendría que haber en los personajes humanos una región misteriosa”, decía Williams, y desde luego que aquí lo consiguió. Mi prioridad como director siempre ha sido ponerme al servicio de la historia y de los actores, y teniendo en las manos una obra maestra como el tranvía aún lo será más.

Siempre es un regalo ver a Nathalie Pozas encima de unas tablas, una actriz que sigo desde hace décadas y una de las grandes causantes en su momento, de yo elegir ser actriz.

Por lo que entre Nathalie, Tennesse, que sea en el Español, mi madre y que sea un regalo de bodas, hace que esta obra de teatro la disfrutaré de una forma muy especial y bien acompañada, de mi marido, con el que me quiero despedir de este post, con una foto del día de nuestra boda, nuestra boda rinconeros y rinconeras :P


Espero veros mañana en un viernes de estrenos de cine :) :) :) :) :)


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