Rodado durante el ataque israelí contra la franja de Gaza entre julio y agosto del año 2014.
La película sigue a diez niños que cuentan cómo es su vida diaria entre las bombas y cómo luchan por superar el horror de la guerra y darle un toque de normalidad a sus vidas. Ellos y ellas son los portavoces de 507 menores (de los cuáles el 70% eran menores de 12 años) muertos y los más de 3.000 heridos y heridas que dejo la ofensiva israelí "Margen defensivo".
"Yo solo quiero vivir en paz como el resto de niños del mundo"
Esta frase se me quedo grabada a fuego en la cabeza saliendo de la voz de un niño castigado por un conflicto en el que lo siento me voy a posicionar pero es no puedo ni quiero evitarlo, es una crueldad lanzar bombas ya no solo contra menores y poblaciones que están más que empobrecidas, sino que el mundo no haga nada, y determinados países justifiquen tales ataques.
Dar voz a los los niños y niñas hace que sientas un grito de dolor ahogado en la garganta y no entiendas porque se consiente esa masacre humana constante. Una población que deja entrever sus pocas o nulas esperanzas de futuro, primero porque no pueden salir de la franja, y segundo, porque no sabemos si llegarán a mayores por hambre, enfermedades o bombardeos.
Conductores de ambulancia, niños jugando en una playa, personas resguardadas en un centro de la ONU, un campo de cultivo arrasado cada poco tiempo por nada en concreto salvo seguir minando la moral de las personas... éstos son los menores y sus familias que nos enseñan su día a día en un clima como el de Israel. Si a eso le sumamos el trabajo infantil o como hay menores que no pueden recibir sus tratamientos médicos de enfermedades graves, hace que la nausea que sientes cuando ves tal genocidio siga aumentando. Sintiendo rabia, enfado, ira, tristeza, asco de como se sigue mirando hacia otro lado mientras hay seres humanos viviendo en esas circunstancias.
Ojala documentales como éste llegarán a todo el mundo y concienciarán de la importancia de que el mundo en el que vivimos lo habitamos las personas, y si no nos cuidamos y respetamos no llegarán generaciones futuras, sino que se seguirá sembrando el odio, ese que lleva a matarnos y quitarnos lo más preciado que poseemos, la vida.
Nacido en Gaza lo podéis ver en Netflix, y por supuesto que os lo recomiendo porque aunque duro es necesario. No me quiero olvidar de ese primer niño que sale en el documental, me traspaso el estómago su vida e historia, pero como ese hay miles, millones ¿Por qué dejamos que la infancia y los seres humanos vivamos bajo esa violencia, peligro y hambruna?
Hasta dentro de un ratito.
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