Desde que vi este trailer sentí muchas ganas de ver Adú, pero entre el sueldo escaso, la pandemia y no cobrar el ERTE... esperamos hasta hace unos días con el segundo día de mi madre en casa, cuando pagamos en Orange los 2,99€ para poder verla desde nuestro salón.
El impacto fue tremendo, como una ostia gigante en la cara en dónde sientes tambalear tus dientes y ves como haber nacido en España es un privilegio porque no tenemos que vivir y sufrir lo mismo que Adú, con cinco años.
En un intento desesperado por alcanzar Europa y agazapados ante una pista de aterrizaje en Camerún, un niño de seis años y su hermana mayor esperan para colarse en las bodegas de un avión. No demasiado lejos, un activista medioambiental contempla la terrible imagen de un elefante muerto y sin colmillos. No solo tiene que luchar contra la caza furtiva, sino que también tendrá recién llegada de España.
Miles de kilómetros al norte, en Melilla, un grupo de guardias civiles se prepara para enfrentarse a la furibunda muchedumbre de subsaharianos y subsaharianas que ha iniciado el asalto a la valla. Tres historias unidas por un tema central, en las que ninguna de sus protagonistas sabe que sus destinos están condenados a cruzarse y que sus vidas ya no volverán a ser las mismas.
LO QUE MÁS ME GUSTA DE ELLA:
- No es amable, es terriblemente cruel. dura e hiriente.
- Ese brote de sentimientos, desde los más puros hasta los que se pueden considerar adornos.
- Un guión que no deja de desagradar, porque es una de sus grandes funciones.
- Una horrenda muestra de cómo los seres humanos podemos ser unos auténticos bárbaros con los animales.
- Que asco dan las drogas y que enfermos o enfermas están quiénes las padecen.
- Esa naturaleza salvaje y autóctona que conforman el reparto como un protagonista más.
- Sus espacios abiertos.
- La mezquindad humana.
En las últimas semanas estamos viviendo el movimiento Live Likes Matter y viendo esta película a muchos y muchas de las que han llenado sus redes sociales de pantallas negras se les debería caer la cara de verguenza.
Porque como dice mi madre "cuando veas las barbas de tu vecino mojadas, pon las tuyas a remojar", es decir cuando llenamos -y voy a hablar en primera persona porque soy hija del racismo, el cuál identifiqué y lo eché de mi vida- nuestras redes de imágenes pero de fuera ¿Por qué, en España no hay racismo?
¿En España no se trata de forma diferente a una persona de otra raza diferente a la más prevalente?
Películas como Adú nos enfrenta a nuestra realidad, esa que pone cuchillas en una valla donde van a saltar seres humanos para tratar de tener una vida mejor.
Películas como Adú nos enfrenta a la realidad de nuestro país, de que hubo hace unos años un verdadero escándalo con agentes de la autoridad tirando pelotas de goma contra seres humanos que trataban de llegar a las costas españolas y, que además, no sabían ni nadar.
Películas como Adú, nos enfrenta a la realidad de cómo tenemos que oír como se refieren a menores no acompañados como menas, tratando de usar términos despectivos, robándoles su condición de personas y encima menores.
¿La habéis visto?
¿Qué os parece?
¿Os la recomendaría? Claro que sí, pero por favor no la pirateéis, esta en alquiler en plataformas de televisiones como Orange -donde la alquile yo- y además ya la tenéis en Netflix, por favor respaldemos a nuestra cultura que tanto nos ha regalado en los últimos meses de encierro, nervios y miedo.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero que os hayan gustado las películas de hoy, mañana nos vemos
:) :) :) :) :)
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