Somos muchas y muchos los que hace casi dos décadas estábamos enganchados a la serie Rebelde, donde unos y unas adolescentes vivían en un internado de élite, con música y múltiples amores de fondo. Bailábamos sus canciones, imitábamos sus expresiones mexicanas o inclusive tratábamos de imitar sus looks escolares que yo por lo menos en España no he visto en mi vida, salvo en Élite :P
En septiembre cuando volví a trabajar después del año y medio largo de ERTE, una compi me habló de la vuelta de esta serie a la plataforma Netflix. Una serie de igual nombre, Rebelde, que se estrenó a comienzos del mes de enero en la plataforma y que a mí me ha costado horrores ver, porque como dice el refrán: Segundas partes nunca fueron buenas. Más cuando tanto el argumento como sus personajes rozan la absurdez.
Esta nueva adaptación sigue la vida de un grupo de jóvenes estudiantes de Élite Way School, una universidad mexicana de élite. Entre dramas, amores y mucha música -no muy buena la verdad-, pasiones, amistades y rivalidades surgirán en el camino los y las protagonistas.
Y eso que en principio no tenía mala pinta porque hay hasta un Coluchi del que desconocemos la conexión que tendrán con la recordada y sensible Mia, pero eso de copiar personajes o hasta tramas, a mi me aburrió y sinceramente opino que es un total bodrio.
Así que poco más que decir sobre esta serie, a la que no se si tendrá segunda temporada, pero o le meten un argumento más potente o quedará como una Coca Cola sin gas, desinfalda.
Me quiero despedir de este post, con la tristeza, el dolor y la rabia del asesinato de una menor de 17 años en Totana (Murcia) a manos de presuntamente el que era su pareja. Un terrorismo machista que no cesa, que hiere y que duele. Todo mi cariño a su familia, y mi exigir al Estado preventivas y efectivas para su tratamiento y prevención.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con algo que os aseguro es mucho mejor.
:) :) :) :) :)
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