Con la resaca que nos dejo en casa Los Durrell, necesitábamos cubrir el hueco de ver animales sueltos en la pantalla, por lo que la primera serie que os siento hoy, nunca mejor dicho, llegó como caída del cielo, puesto que leímos en Filmin: "la heredera de los Durrell".
Todas las criaturas grandes y pequeñas es un remake de seis episodios, más un capítulo final de Navidad, se centra en las aventuras del equipo de una clínica veterinaria en los años 30 y 40 en Yorkshire.
LO QUE MÁS ME GUSTÓ DE ELLA:
- Detrás de la inmensidad de los paisajes y del verde inglés, encontramos historias pequeñas, de personas que bien podríamos ser uno de nosotros o nosotras, que trabajan día a día por su futuro en el que de forma activa intervienen sus animales.
- Las historias humanas que en ella se desarrollan, con un Siegfried que es para achucharle y no parar; sin olvidar a esa amigable y firme ama de llaves; el veterinario enfadica y humano; el hermano jeta pero empático; Helen...
- Las pequeñas sorpresas que regala cada capítulo, en donde aprendemos que la humanidad siempre es un valor al alza.
- Los animales como motor de la historia, porque en su cuidado y bien giran todos y todas.
- El capítulo especial de Navidad, que nos enseña que de momento en el horizonte de ven algunas temporadas más, lo que a mí, particularmente, me alegra el corazón.
¿Habíais oído hablar de ella? ¿La habéis visto? ¿Os la recomendaría? Por supuesto, siempre es un buen momento para poner en valor la empatía, el amor, la amistad y las relaciones sociales.
Oye, que no me despido de vosotros y vosotras, que en un rato os vuelvo a ver para recomendaros la nueva serie española que llega hoy a Netflix.
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