Feliz Navidad rinconeros y rinconeras, todos mis mejores deseos y sueños cumplidos para todos y todas. En mi casa ayer fue una Nochebuena diferente, porque desde hace casi 10 años la pasó al lado de la familia de mi chico, pero esperemos que el próximo año traiga el poder volver a juntarnos con aquellas personas que queremos y que son tan necesarias para nuestras vidas. En Nochevieja el panorama no cambiará, porque la seguiremos pasando en casa solos mi chico, mi madre y yo, pero echaré mucho de menos a mis tíos y tías, a mis primos... Pero quiero en esta Navidad celebrar que aunque sea en la distancia lo hemos podido vivir, porque eso la base de todo, la vida.
Desde hace algunos años este día de Navidad no me sentaba a escribir dado que la compartía en familia y que por la tarde habíamos cogido la costumbre de celebrar el día en el cine, pero dado que estamos en casa, comiendo como cosacos, quiero sentarme para dejaros una película que vi hace unos días de terror y que creo que es un planazo navideño, Voces.
Sara, Daniel y su hijo de 9 años, llegan a la casa en la que pretenden comenzar una nueva vida, sin saber que esa propiedad ha sido conocida desde siempre en los alrededores como "la casa de las voces".
El niño, Eric, es el primero en advertir que tras cada puerta se ocultan extraños sonidos y se intuyen voces que parecen estar intentando comunicarse con la familia. Lo que achacan en principio a un producto de la imaginación de Eric, se convierte rápidamente en una inquietante realidad también para sus padres.
Y es que no siento una película, siento un peliculón. Como reciente admiradora del cine de gritos y sustos, os digo que esta película me ha "flipado", con una estética alternada con luces y oscuridades que no evitaron que en casa de forma instantánea saliera algún gritito -vamos que acabé con dolor de garganta-.
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