Cuando se estreno la serie que me siento a compartir hoy no la quise ver no porque no llamará mi atención sino porque me parece que las buenas series en canales como Antena 3 o Telecinco literalmente las destrozan por dos asuntos:
- La audiencia, es decir las cadenas van jugando con los formatos cambiándolos de día o de hora, solo por intentar fastidiar a otra cadena, y aunque es lícito, ¿Es justo para el espectador o espectadora?
- La publicidad, no voy a ser hipócrita y reconocer que gracias a ella las series pueden salir adelante, pero es necesario que un capítulo de 90 minutos, pueda durar dos horas o más por ella.
Y este último factor es muy determinante para mi, porque no pretendo acostarme ni irme a dormir tarde porque una seria acabé a la una o una y pico de la mañana.
Pero claro gracias al gigante Netflix, muchas de esas series que pasan por los canales de televisión, podemos disfrutarlas sin anuncios y viendo capítulo tras capítulo de forma que roza la psicopatía.
Cuando durante el mes de agosto vi que Fariña ya estaba disponible en el catálogo de Netflix me dio miedo hasta empezarla porque me conozco y se que como me enganché no paró hasta terminarla, así que ¿Os podéis imaginar que me sucedió ante esta serie?
Una serie que como digo en el título del post es un claro ejemplo del mal para para much@s, dinero para un@s poc@s.
Años 80. Galicia. La reconversión de la pesca ha dejado a una parte de la flota gallega en tierra y cientos de armadores endeudados.
No hay trabajo. En los muchos pueblos de pescadores que recorren la costa gallega, la falta de ingresos y los pagos cotidianos estrangula las economías familiares. Es el caldo de cultivo perfecto para que se produzca la gran transformación: los antiguos traficantes de tabaco da el salto a algo más grande, más lucrativo, pero mucho más peligroso.
Con un acertado y delicioso acento gallego vamos siendo testigos de cómo el negocio de la droga fue acampando por Galicia, una Galicia que con unos niveles de paro altísimos encontró en su tráfico una forma de ganarse la vida, pero ¿Y quienes la venden, pensaban en quién la consume, o sólo en su bolsillo?
En una maraña de suciedades ya no solo en el narcotráfico, sino a nivel policial, político y social, vamos viendo como la figura de los capos va increchendo y como éstos y éstas están dispuestas a hacer lo que sea para que su negocio siga en pie.
Con unos extraordinarios escenarios, con buen ritmo y muchos buenos ingredientes navegamos a la deriva de un mundo donde hay muchas pesetas sobre la mesa, pero la más sucia y asquerosa delincuencia.
Y de todos y cada uno de los actores y actrices que me han gustado mucho, debo quedarme con éste último porque su trabajo es atroz, despiadado y lleno de unos matices oscuros y siniestros, de esos papeles que pasan, llegan y asustan.
No se si la habéis visto pero si en algo puede servir mi palabra os recomiendo que os dejéis llevar por esta serie de sello español llena y repleta de argumentos y solidez para sentarse y verla transcurrir a través de nuestros ojos.
Eso sí como un punto negativo, solo decir que la humanidad que se da la personaje de Suso me chirria un poco.
Muchos besos rinconer@s y espero vernos mañana con más :) :) :) :) :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario