La segunda peli que os comparto a estas horas se estreno en cines el Día de Navidad, pero como os conté, las pasadas navidades no han sido las de mi vida, con semanas y semanas con problemas estomacales, por lo que nada de nada de planes fuera de casa.
Hace unos días me lleve la sorpresa que vi que el Viernes Santo subían Sin instrucciones a Netflix, por lo que ¿Por qué no verla? Y la verdad es que me lleve una grata sorpresa, porque esperaba una peli con un humor un tanto zafio, la típica comedia, y, nada más ajeno a la realidad.
Me encontré con una peli:
- Amable.
- Con un humor nada hiriente.
- Una historia con un trasfondo más allá de sacar la risa al espectador o espectadora.
- Unas buenas interpretaciones. Caso aparte Paco León, que te gana desde el primer minuto.
- Un montaje a tener en cuenta.
- Unos colores acordes al tono.
Una película que cuenta con una sorpresa para ese final, que no te ves venir, y que a mí en casa me hizo llorar a lágrima viva a eso de las 01:30 de la mañana.
"Leo es un tipo soltero y mujeriego que vive al día en una pequeñísima población de playa en una isla Canaria. Su placentera existencia se ve trastornada cuando llega de Bilbao una de sus antiguas aventuras, Julia, que deja en sus brazos a una bebé de pocos meses asegurando que es su hija, y desaparece abandonando a los dos. Incapaz de cuidar de la bebé y decidido a devolverla a su madre, Leo viaja a Bilbao, pero sus esfuerzos por encontrar a Julia terminan en fracaso. Ocho años después, la niña, Alba, crece junto a su padre llevando una vida divertida llena de afecto y amor, cuando Julia reaparece en sus vidas con la intención de arrebatar a Leo la custodia de su hija".
Una película que os recomiendo y que agradezco, porque en el cine español hay veces que solo hay extremos: o una película dura de narices o una comedia con un humor digamos nada agradable.
Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y si vivís en Madrid, Feliz San Isidro.
:) :) :) :) :)
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