Porque este pasado fin de semana Penélope Cruz recibió de manos de Pedro Almódovar y Marion Cotillard el César de Honor de la Academia Francesa de Cine, total nadaaaa...
Y es que ella poco a poco y con pasito firme ha ido consiguiendo muchas cosas a lo largo de su carrera, como por ejemplo trabajar con los directores más famosos y talentosos del mundo, porque hay que recordar que esta madrileña de Alcobendas (como bien recordó cuando recibió el Oscar por Vicky Cristina Barcelona) lleva delante de las cámaras desde los 16 años, debutó en el cine siendo muy joven y con mucho esfuerzo y trabajo a sus espaldas, abandonando a su familia y su país por cumplir un sueño el poder trabajar de actriz al otro lado del charco. Porque cuando ella se fue no sabía que sería lo que se encontraría y lo que llevaba en su maleta era ilusión, fuerza y un enorme y gigantesco duende.
La vida de esta mujer no consiste en la prensa ni en los cotilleos, su vida consiste en interpretar la vida de otras mujeres desde su ojo y su prisma, un prisma lleno de dulzura pero también de una fuerza arrolladora que la han hecho valedora de muchos premios en varios países del mundo, empezando por 3 Goyas en España, 1 Oscar de Hollywood, un Donatello en Italia, un suma y sigue de reconocimientos que hacen de ella una de las actrices más importantes del mundo.
Me da mucha rabia que en este país no se valoré como debiera su trabajo porque si lo importante es promocionar la marca España, ella sin duda lo es, un marca de talento, de arte y sin dudarlo uno de los mayores referentes culturales.
Por eso quería que esta semana coincidiendo con el Día de la Mujer Trabajadora, comenzará con ella, por su ejemplo, por su trabajo, por su fuerza y que leches porque se merece el César y cualquier premio que le den a esta mujer que hace oídos sordos a las críticas absurdas y se dedica a trabajar dejándose la piel y llenando de luz cada papel que realiza.
Felicitations Penélope!!!
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