Han pasado varios días desde aquel domingo de hace alrededor de un mes cuando me fui con David a la sesión matinal de los Cinesa Manoteras a ver la última película del director manchego, Pedro Almodóva, La habitación de la lado. La primera grabada en inglés, con actrices de habla inglesa y que hacia muy poco había conseguido el Oso de Berlín a la mejor película.
Cosa que no pongo en duda, porque me quede clavada, como hipnotizada en esa historia donde dos mujeres se vuelven a reencontrar para hacer el ejercicio más difícil de todos, respetar la voluntad de la otra aunque vaya en contra de lo que siempre has creído. Porque la dignidad de elegir tu final debería primar.
- Creo que es de las mejores fotografías que he visto en el cine, el encuadre, la verdad, las caras silenciosas donde no se para de compartir.
- Un trabajo de montaje cuidado, delicado, muy bien hilado donde no dar saltos y tener la necesidad de seguir pegada a esa historia.
- La ambientación y cuidado del entorno que rodea a esas dos mujeres.
- Swinton y Moore son la elegancia y el oficio de la actriz, perfectamente retratado. Trabajos desde la verdad, sin estridencias ni grandes maquillajes, a cara lavada dejando sobre la superficie lo que sienten, quieren, desean, la daña.. De los mejores trabajos que he visto en el último año.
- ¿El trabajo de sastrería? Un lujo.
- El tema que trata, del derecho de toda persona a morir como decida, sin juicios, ideologías o dogmas de fe, solo los deseos de alguien que no quiere seguir sufriendo y el amor infinito de quien la acompaña y sabe lo que va a suceder. Y te olvidas del miedo, porque la libertad de quien quieres vence.
- La cámara indiscreta de Pedro. Esas directas o indirectas con un guion tremendo, emotivo y libertario.
- La música como siempre acompañando cada latido del corazón del espectador o espectadora con esa magia que envuelve los trabajos de Alberto Iglesias.
Me he liado de detalles olvidándome de compartiros la sinopsis...
"Ingrid y Martha fueron muy amigas en su juventud. Ambas trabajaban en la misma revista, pero Ingrid acabó convertida en novelista de autoficción y Martha en reportera de guerra. Las circunstancias de la vida las separaron y, después de muchos años sin tener contacto, vuelven a encontrarse en una situación extrema, pero extrañamente dulce".
Para despedirme de este post, del que escribiría líneas y líneas, solo puedo deciros que verla en ingles, el idioma original dio sentido a cada plano impecablemente cuidado. Así que por favor, ir a ver el último trabajo de uno de nuestros mayores referentes en la cultura cinematográfica de nuestro país.
Espero veros más tarde con otro peliculón español.
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