Este año se conmemora el 50 aniversario de la publicación de Cinco horas con Mario del gran Miguel Delibes, una de las novelas más importantes de nuestra literatura contemporánea, que fue llevada a escena por primera vez el 26 de noviembre de 1979 en el Teatro Marquina de Madrid.
Lola Herrera dio vida entonces a Carmen Sotillo y ahora, más de 36 años después, vuelve a meterse en la piel de este personaje que cambió para siempre su carrera teatral y la de la historia del teatro español, porque Lola Herrera es al personaje de Carmen Sotillo porque ésta es a Lola Herrera.
Este acontecimiento histórico tiene lugar desde el pasado 4 de mayo, en el Teatro Reina Victoria de Madrid y estará en cartel hasta el 26 de junio, dando final a 8 únicas semanas que seguro seguirán pasando a la historia de nuestro teatro.
El monólogo de Carmen Sotillo ante el cadáver de su marido sigue reflejando una época reciente de nuestra historia, una condición femenina que existía, una vida española no tan lejana. Nos habla de unos valores son clásicos y a la vez eternos. La culpa, la incomunicación, la soledad y el humor siguen llegando igual a un público que no vivió aquella época.
¿Sabéis que si empiezas a leer Cinco horas con Mario de forma ininterrumpida tardas cinco horas en leerte la novela?
Yo cuando era adolescente en el instituto me obligaron a leerlo, y vaya lectura más magnífica, que humor, que cinismo, que sentido de la crítica hacia la época, ese enfrentamiento entre Carmen y el cadáver de su marido es de las mejores obras que tenemos en nuestra literatura.
Ningún personaje ha marcado tanto la vida de Lola Herrera como Carmen, normal que en este 40 aniversario no se contará con otra como la señora que le puso carne, cara y alma a un personaje de esta intensidad.
Yo hace unos años fui a ver esta obra con Natalia Millán en el papel de Carmen, y la verdad es que la mujer estaba que se salía pero me quede con las ganas de ver a la señora Herrera, cosa que os puedo adelantar que subsanaré el próximo 23 de junio porque me voy con mi madre a ver a esta señora y este monólogo tan impactante, delicado, sutil pero fuerte. Y que mejor compañía que la mi madre que aunque ya la vio hace unos años, era su sueño volver a verla, que bonito cumplir nuestros sueños juntas.
¿Nos vemos en el Reina Victoria rinconer@s?
Hasta mañana viernes rinconer@s, en una semanita nada fácil para mi, en donde las migrañas están siendo mis tristes compañeras.
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