Hoy me gustaría compartir con vosotros un precioso monólogo, que además de haberme leído en multitud de ocasiones tuve el placer de verlo sobre las tablas el día del estreno, cuando Juan Diego Botto llevó a escena una de las obras de teatro más importantes de la historia, Hamlet.
Y como fui testigo de ese monólogo, que hizo que todo el público de forma espontánea rompiéramos la dinámica de la obra con un aplauso, porque hay que ser muy valiente y tener mucha seguridad y amor a lo que haces para llevar a cabo esta obra.
Y este monólogo como muchos sabréis su autor fue William Shakespeare, para mi un autor coetáneo, imprescindible para cualquier clase de literatura de cualquier país y sobretodo porque él nunca pasa de moda, los temas de sus obras siempre se pueden llevar a la actualidad, porque cada cierto tiempo no puedo dejar de rescatarle de mis estanterías y volver a dejarme llevar y enamorar.
Así que aquí os dejo este famoso y renombrado Ser o no Ser:
"Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin?
Morir, dormir... nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne... Es un final piadosamente deseable.
Morir, dormir... quizá soñar...
Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojados de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso.
Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciable, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal.
Quejarse y sudar bajo una vida cansada, pero el temor a algo después de la muerte- El país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve- aturde la voluntad y nos hace soportar los males que sentimos en vez de volar a otros que desconocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos.
Y así el nativo color de la resolución enferma por el hechizo pálido del pensamiento y empresas de gran importancia y peso con lo que a esto se refiere, sus corrientes se desbordan y pierden el nombre de acción".
Espero que os haya gustado tanto como yo lo disfruto cuándo lo leo, porque de verdad Shakespeare nunca nunca nunca pasa de moda.
Besos rinconeros/as y hasta mañana, que disfrutéis de este martes con intensidad como cada escena que escribió William Shakespeare..... :)
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