Dos hermanos se reencuentran después de cinco años. Uno ha estado en la cárcel. El otro ha robado a un peligroso perista y ahora huye junto a Diana, su hija pequeña. Los tres emprenden un viaje por una Andalucía violenta, mítica, agreste y salvaje. Un viaje en el que aparecen las viejas heridas del pasado y en el que los hermanos se ven obligados a reconciliarse para salvar la vida.
Con esta sinopsis y después de oír a la crítica de cine de la Cadena Ser "la Script", el sábado después de dar clase y con el estómago que ya me estaba avisando de que volvía a estar resentido (no me imaginaba hasta cuanto) y previamente pasado por letsbonus y comprar entradas a 5,90 en los yelmo cines, me fui con mi chico a ver Toro.
Y lo que vi os aseguro que me dejo de piedra, es cine apto para amantes del buen cine, y apto para todos aquellos y aquellas que en algún momento cuestionan o dudan de la calidad del cine de nuestro país.
Nos asoma a una puerta de la violencia, depuración de los pecados, redición de éstos, búsqueda de una nueva vida, la avaricia, encontrarte con la realidad de un pasado que lo quieras o no está marcado a fuego en la piel, en el corazón, en la memoria, en el alma.... todo en ello con la mano firme de un guión fuerte y sólido y una dirección de Kike Maíllo que todo asoma, que todo enseña, que todo muestra aunque sea duro de ver en ocasiones porque aunque nos cueste creerlo quizás Toro no solo sea una película sino una realidad que puede ser y sea que no esté en Torremolinos pero si en cualquier rincón de nuestro país.
De verás todo en ella me dejo estupefacta, la ambientación, la fe cristiana de fondo, los efectos especiales, los lazos familiares, esa dirección pulcra y fuerte con un montaje increíblemente enlazado, pero siempre que hay actores hay que observarlos y en este caso, admirarlos profundamente.
Porque vaya trío de ases: Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán, que nos regalan unas interpretaciones tan reales como cruentas, llenas de fuerza, brutalidad y algo llamado amor.
Estamos a mes de abril pero de momento de todas las películas que he visto este año, os digo que va camino de ser la película del año porque este tipo de apuestas, de cine y de reparto dejan tras de sí un regusto de ver una obra de arte, eso sí apta para estómagos fuertes.
Pero no hay que ir al cine para ver violencia sino pongamos la tele y veamos a la violencia a la que estamos sometid@s.
¿Os la recomendaria? Pues sin lugar a dudas porque de verás es colosal, redonda.
Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)
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