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martes, 1 de septiembre de 2015

El drama y la tragedia de una guerra con un humor tan negro solo apto para maestros como Aranoa: Un día perfecto.

Las guerras y sus consecuencias en los ojos de los cooperantes de Un día perfecto hacen que hasta el corazón más duro se estremezca. Dura, ácida, real, sincera, sin artificios, cruelmente intensa y con un humor muy negro sólo accesible a los genios como León de Aranoa. Rendida a los pies de Benicio del Toro, Tim Robbins y ese reparto que te dejan vivir a través de sus personajes y sus ojos la realidad brutal que se vive en un país en conflicto en dónde algo como el agua es un motor de sufrimiento a seres humanos que ya están lo suficientemente castigados por la guerra. Y una simple pelota de fútbol puede ser el pasaporte a algo muy importante.


En una zona en guerra con los cascos de las Naciones Unidas tratando de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie quiere ayudar a la gente, Mambrú quiere volver a casa, y Katya quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir quiere que la guerra termine, Nikola  quiere un balón de fútbol, y B no sabe lo que quiere. Un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto. Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero la tarea más simple se convierte aquí en una misión imposible, en la que el verdadero enemigo quizá sea la irracionalidad. Los cooperantes recorren el delirante paisaje bélico tratando de resolver la situación, como cobayas en un laberinto.


El domingo cuando terminó la película en la sala de cine donde la vi, tanto mi chico como yo no pudimos hablar de lo que acabamos de ver, estábamos con la brutal sensación de que la película habla y dice muchas cosas que no se verbalizan; que muestra escenas y momentos que no se visualizan y que te hace vivir momentos que desde la butaca del cine son tragables pero que en la realidad de el día a día de un conflicto deben ser muy desagradables.

Fernando León de Aranoa director que sigo desde aquella lejana y brillante Barrio, ha hecho una película hermosa en el guión, dura en los paisajes y magistral en la trama, el humor y el manejo de un reparto que debo admitir me dejo muda porque lo que les da de sí un pozo y un muerto dentro.


Muchos son los papeles con los que ha lidiado Benicio del Toro pero creo asegurar que sus ojos, sus cigarrillos, su templanza te hacen dudar de estar viendo una interpretación porque te lo crees, le vives, le sientes y vas viajando con él a través de su jeep y su chaqueta con el alagrama "Aid across borders".


Una cuerda, un balón, un muerto, el agua, la guerra, el drama de las personas que la viven y padecen, los cooperantes que se juegan la vida solo por ayudar y muchas más cosas son el motor de una gran película, de un gran director con un humor muy negro y ácido que te hacen ver solo una pequeña ventana al desesperante y axfisiante mundo de la guerra.

¿Os la recomendaría? Pues de verdad si os gusta el buen cine, sin lugar a dudas.

Quiero despedirme de este espacio mostrando mi respeto y cariño a todos y todas las cooperantes que ponen sus vidas en peligro solo por una cosa, ayudar a aquellos/as que sufren y padecen las guerras estúpidas en las que nos enrolamos los seres humanos.


Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)

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