Que bueno volver a vivir a través de las aventuras del capitán Alatriste: Misión en París.

"Sonaba la medianoche en los relojes de París cuando entraron por la puerta de Saint-Jacques cuatro jinetes tan seguros de sí mismos como el trote firme de sus caballos».

Es medianoche. Íñigo Balboa, que forma parte de los Correos Reales del rey católico, aguarda expectante la llegada del capitán Alatriste, de Francisco de Quevedo y de Sebastián Copons a París, donde se encuentra para entregar unos despachos al conde de Guadalmedina. Hace casi un año que no se reúnen, cuando acabó la arriesgada encomienda que tuvieron que afrontar en Venecia. Son tiempos complejos para Francia: desde hace unos meses, los hugonotes de La Rochela, con apoyo inglés, están viviendo un duro asedio por parte de las fuerzas francesas a las órdenes del cardenal Richelieu. Por mediación de Quevedo, Alatriste y sus amigos se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el conde-duque de Olivares. Esta vez el objetivo es de tal magnitud, que la aventura a la que se enfrentan podría cambiar para siempre el curso de los acontecimientos".

Hace unos meses me encontré en mi Librería de referencia, Taiga, la publicidad del libro con el que inauguró esta primera semana de diciembre y que me hizo sentir una mezcla de emociones y sentimientos enorme. Llevó leyendo las aventuras del Capitán Alatriste desde los 19 años, por lo que el capitán lleva en mi vida más de 22 años. 22 años en los que no me he perdido ninguna de sus aventuras literarias, he vibrado, gozado y disfrutado con ese soldado que de capitán solo tiene el nombre que le da el resto por el respeto que se ha ganado con el paso de los años, las aventuras y las batallas libradas. Por lo que ver que volvía solo me proporcionó alegría.

El capitán Alatriste, misión en París es la nueva aventura que tira de épica "española", en la que personajes como Iñigo de Balboa nos llenan las páginas de la historia de un tipo que no sabemos si existió pero que Pérez Reverte lleva dándole vida décadas dejándonos con él un pedacito de la historia de nuestro país, al que siempre le ha sobrado valor pero le han faltado en muchas ocasiones a personas valores.

Una historia patriota.

Una historia donde el corazón te da un vuelco cuando aparecen los siguientes nombres: Athos, Aramis...

Una historia donde no siempre todo tiene que salir bien.

Una historia donde seguir tejiendo las historias de un señor que se vendía por cuatro maravedíes, pero que ha regalado a la literatura española batallas y conversaciones épicas.

Así que ni hago la pregunta poner al capitán en vuestra vida, y a Pérez Reverte, por favor no tarde usted tanto en volver a darle vida a través de su pluma.

Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con mucho más.

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