No había oído hablar de la película de la que me siento a hablaros hoy hasta que el pasado jueves que me senté con mi chico en el sofá después de cenar y al poner Netflix venía en la primera plana como super estreno de la semana, y claro si luego ves que su director es Borja Cobeaga, un mago del humor y el corazón y que en su reparto hay caras como Javier Cámara, Gorka Otxoa, Miren Ibarguren, Julián Lopez, Ramón Barea, Luis Bermejo... como no ver Fe de etarras.
La historia transcurre en el cálido verano de 2010 en una pequeña capital de provincias española. Una peculiar y disfuncional comando de ETA, formado por un veterano que está deseando mostrar que no es un cobarde, una pareja cuyo compromiso depende de la continuidad de la banda y un manchego que cree que entrar en el comando le hará sentir como si fuera Chuck Norris, se atrincheran en un piso a la espera de recibir una llamada, que parece que nunca llega, para pasar a la acción.
Mientras tanto, la selección española de fútbol va avanzado triunfalmente en el Mundial de Sudáfrica y todo el mundo lo celebra a su alrededor.
Una película en dónde las banderas tan de actualidad en una semanas donde éstas siguen estando en boca y en las ventanas de muchos, porque se ponen ¿Por convicción o puro postureo?
Es una comedia de mucha inteligencia cómica pero, a la vez con una inteligencia humana y sensibilidad a prueba de bombas, en donde nadie se puede sentir ofendido y en donde se muestra mucha irracionalidad. ¿Por qué uno nace terrorista o se hace?¿Cuál es el detonante que llevaba a seguir ese camino?
A través de la hora y media de película vamos descubriendo los entresijos, sentimientos, sin sabores e irresponsabilidades de unos personajes encarnados por unos actores brillantes, que trabajan muy a favor de obra desde la verdad y la tranquilidad pasando por el filo hilo entre el drama y la comedia.
Sin pasar por alto un final donde por lo menos yo me quede estupefacta.
Una película que te va ganando por su sensibilidad, humor e inteligencia medida en un ambiente donde la violencia o la exaltación de ésta es una constante.
Me despido de vosotr@s en este espacio que tenía que haber compartido ayer sábado con la alegría y la esperanza de que en este país se pueda hacer humor con temas que han sido y siguen siendo para muchas víctimas muy dolorosos.
Hasta mañana con más y mejor, después de un fin de semana un poco frenético en dónde de nuevo y a estas horas me acabo de sentar después de dos días colocando, limpiando y cocinando.
:) :) :) :) :)
A través de la hora y media de película vamos descubriendo los entresijos, sentimientos, sin sabores e irresponsabilidades de unos personajes encarnados por unos actores brillantes, que trabajan muy a favor de obra desde la verdad y la tranquilidad pasando por el filo hilo entre el drama y la comedia.
Sin pasar por alto un final donde por lo menos yo me quede estupefacta.
Una película que te va ganando por su sensibilidad, humor e inteligencia medida en un ambiente donde la violencia o la exaltación de ésta es una constante.
Me despido de vosotr@s en este espacio que tenía que haber compartido ayer sábado con la alegría y la esperanza de que en este país se pueda hacer humor con temas que han sido y siguen siendo para muchas víctimas muy dolorosos.
Hasta mañana con más y mejor, después de un fin de semana un poco frenético en dónde de nuevo y a estas horas me acabo de sentar después de dos días colocando, limpiando y cocinando.
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