Y es que no os voy a engañar el factor más potente para leerme este libro ha sido ese título, y sí, seré muy básica pero que un título del libro te aparezca un taco tan común y tan corriente, gilipollas, como mínimo llama tu atención para que la vista se te vaya e él.
Si además le añades que se lo viste en el muro de facebook de una conocida, en el que decía que con ese libro se lo había pasado genial y se había reído mucho... pues otro punto a su favor.
Pero si a esto también le añades que cuándo lees de que va, ves que la protagonista Sara, es plumista... pues claro ya me ganó.
Como dice la sinopsis del libro de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas:
Te podrían contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿A qué nunca lo había oído?), que sí es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos....
Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido , sobre todo, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver...
Lo único que se necesita saber es que, desde el título, se garantiza unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacia tiempo que no disfrutabas.
Y eso os lo aseguró porque la historia es tan disparatada en muchos momentos y hay tantas casualidades que te dejan descuadrado que a mi en mi caso me dolía la tripa de tanto reír y en las últimas semanas que tengo más momentos tristes que alegres me hacia mucha falta reírme, sin justificación, reírme porque sí, leyendo la vida de otros.
El libro no solo ha sido una vía de escape, sino un total gusto, porque no ha habido partes que me hayan aburrido, porque cada página te sorprende y a mi me ha hecho plantearme ¿De verdad las casualidades existen?
Una de las cosas que más me han gustado ha sido el recuerdo del primer amor, y es que aunque el mío no se llamaba Aarón, yo os digo que le recuerdo con mucho cariño, aunque en mi caso no me quedé como algo había faltado entre nosotr@s, vamos porque además de que tenía 16 años, la vida me ha puesto en el camino a la persona que hace de mis días algo especial y único.
Pero Calimurri, que era como así le llamamos siempre tendrá un rinconcito en mis recuerdos, ese chico con las gafas de pasta azul cielo :)
Solo os puedo decir que os dejéis llevar por la historia de Sara porque además de amor, desamor, cuernos, plumas, desfiles de moda, amores infantiles, el zoo de Madrid, un viaje a China... vais a encontrar un montón de cosas que os va a hacer involucraros con la historia de principio y fin.
Como me gusta hablar de libros rinconer@s!!! hasta mañana
:) :) :) :) :) Hoy más que ayer #FuerzaTeresa.
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