Hacia mucho tiempo que no compartía ninguna poesía por aquí, así que espero que os gusté esta poesía tanto como yo cuando la leí y la leo de vez en cuando, porque creo que leer y entender poesía abre la mente y nos hace pensar, y eso en una sociedad como la actual en la que el pensar está mal mirado y quieren que seamos brutos y analfabetos para que no sepamos que es lo que pasa en realidad, creo que es importante compartir poesías de gente como Don Miguel Hernández, que lucho dentro de sus circunstancias contra una sociedad y un régimen opresivo.
Y lo más importante nos dejo un legado impagable y es que España es rica por su cultura y por la gente que ha luchado hasta con su propia vida porque esta fuera oída y no vetada y juzgada.
Así es que rinconer@s, Miguel Hernández y La canción del esposo soldado.
He poblado tu vientre de amor y sementera
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera,
he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí donde saltas
de cierva concebida.
Yo me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo.
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los compás de combate te pienso
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera,
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y quitaras
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables.
Y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán , quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
No puedo añadir nada más a los versos que acabo de compartir con vosotr@s, porque son de una belleza extrema... así que hasta mañana en un día en que a pesar de tener un nuevo rey y ser festivo, yo me sentaré aquí , porque el descanso no es posible cuando haces algo que te enamora, escribir.
Besos :)
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