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miércoles, 19 de enero de 2011

El señor Tennersse Williams nunca pasa de moda



Si algo le tengo que agradecer a mi estancia en la escuela de teatro donde estuve casi 3 años, es el haber descubierto a escritores y dramaturgos que me llegaron al alma, porque sus historias eran de verdad, cosas que me llegaban y que sobretodo y por encima de todo disfrutaba de su texto, de sus personajes....

Uno de ellos es Tennesse Williams, un hombre atormentado en su vida, en su obra, siempre guardando, escondiendo su verdad, con una familia que le marcó durante su vida y eso le llevó a tomarlos siempre como referencia en sus obras, en fin una de esas personas que merece la pena de dedicarle un espacio y de admirarle de por vida, porque me declaró una verdadera fan de su obra, desde lo más pequeño como "Un análisis perfecto dado por un loro" hasta "Verano y humo".

Pero empecemos por el principio de los tiempos, Thomas Lanier Williams III, más conocido como Tennesse, nació en Misuri, en casa de su abuelo materno, rector de la Iglesia Episcopal local. De niño le fue diagnosticado difteria y estuvo durante casi 2 años sin hacer nada lo que le hizo a su madre animarle para que potenciará su imaginación, y así cuando tenía 13 años le regaló la que sería su primera máquina de escribir.
Era una persona que se sentía muy próximo a su hermana Rose, que quizás con su madre fue una de las personas que más influyo en su obra, era de una belleza delgada que pasó la mayor parte de su vida adulta  en hospitales mentales, sus padres autorizaron hacerla una lobotomia, la cual fue mal y la dejo incapacitada para el resto de su vida, algo que Tennesse nunca perdonó a sus padres, y también uno de los factores que le llevó a la bebida.

Su obra la encontramos muy influida por el aire sureño americano donde están ambientadas la gran mayoría de sus obras. Sus personajes son inadaptados, marginados, perdedores, desamparados, hay una mezcla entre realismo y sueño pero dentro del desastre o la fantasía, analiza la soledad que fue una constante en su vida.
El tema común en sus obras es el de "la heroína loca", pero sobretodo sus obras suelen verse como representaciones directas de los miembros de su familia.

En 1947, cuya homosexualidad fue destapada en su libro "Memorias" publicado en 1975, conoció y se enamoró de Frank Merlo, que con los años falleció y le provocó una fortísima depresión, además de que la homosexualidad es un tema común en la gran mayoría de todas sus obras, pues él pienso que era un homosexual recluido que nunca hasta bien pasado el tiempo no lo pudo decir y eso le provocó la necesidad de escribir sobre hombres atormentados que esconden una verdad muy grande, que es su homosexualidad, tema que ahora vemos con normalidad pero que en la época no se podía hablar, ni decir, eran personas totalmente marginadas.

Entre sus éxitos destacamos: el zoo de cristal (uno de sus primeros éxitos); Un tranvía llamado deseo (una de las obras más representadas y que encontramos la homosexualiadad encubierta en el personaje del marido de Blanche); Verano y humo; La rosa tatuada; De repente, el último verano; La gata sobre el tejado de zinc caliente; Dulce pájaro de juventud; 27 vagones de algodón; El largo adiós (y con esta última hago referencia a mi ex-compañero de clase Damián , con el que con esta obra de fondo, hice uno de los trabajos más intensos y desde aquí se lo quiero agradecer porque gracias a él y a su apoyo ese segundo año fue más fácil para mi, sin él nada hubiera sido lo mismo, gracias).

A partir de los años 60, sus trabajos escénicos le reportaron menos éxito que sus precedentes, y así en el año 1983 en la ciudad de Nueva York nos dejo uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes de la historia moderna del teatro, porque son muchos los años que han pasado desde que escribió "El zoo de cristal" pero siempre estrenar una obra de él, es público y éxito asegurado.

Espero haberos animado a leer cosas de este hombre atormentado, pero que en favor de ese tormento nos dejo obras imborrables, que también las podemos disfrutar en el cine, como "La gata sobre el tejado de zinc" o "Un tranvía llamado deseo".

Una vida llena de luces y sombras que nos deja un legado impagable e incalculable, es más yo uno de mis propósitos del año nuevo es volver a leerme sus obras porque mientras haya una persona en el mundo que le leamos, nunca morirá.

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