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martes, 16 de marzo de 2021

Viajar a los años 30 para descubrir el personaje cinematográfico de Frankenstein

La misma tarde que me terminé el libro de Frankenstein o el moderno Prometeo, me dijo mi chico ¿Por qué no vemos la peli de Boris Karloff? Peli que este año cumple 90 años, y pensar que como os dije hace unas semanas el cine se lo debemos a Alice Guy Blanché...


El doctor Henry Von Frankenstein acomete un experimento tenebroso: construir a partir de fragmentos de cadáveres un nuevo ser humano.

Con la ayuda de su criado Fritz, se adentra durante la noche en los cementerios de la localidad para arrancar a los cadáveres las partes que necesita. Lo que ignora es que el cerebro que ha utilizado en su experimento había pertenecido a un criminal.

Por supuesto me quedo con el libro de Mary Shelley, pero he sacado algunas cosas buenas a la peli y las que quiero compartir con vosotros y vosotras:


- El blanco y negro no solo embellece la cinta sino que la dota de un ambiente de terror y suspense que el color no le daría.
- Buscar una razón biológica a la maldad del monstruo.
- Esa falta de diálogo absurdo, las imágenes y la expresión corporal que toman mucha más importancia.


- Ponerle cara al monstruo que imaginas en el libro, aunque la verdad más que miedo da un poco de repelús con esa cara y trozos humanos colgando.
- Verla en versión original que todavía aumenta su credibilidad.
- El trabajo de dirección artística y vestuario.

Me imagino que esta no va a ser la primera vez que me siente a hablar de pelis sobre el moderno Prometeo, así que nada rinconeros y rinconeras, me ahorro la pregunta, porque sí os la recomiendo al igual que el libro, eso sí, si aceptáis mi opinión, primero leeros la historia que inventó Mary Shelley.


Hasta mañana :) :) :) :) :)








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