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viernes, 27 de marzo de 2020

Día Mundial del teatro y de esos titiriteros y titiriteras maravillosas

No he querido dejar pasar la oportunidad de sentar este día del año que tanto admiró y que por desgracia estamos viviendo bajo esta situación de tanta presión y estrés, Día Mundial del Teatro.


¿Por qué se celebra este día?

Fue creado por Instituto Internacional del Teatro (ITI) en el año 1961. Con el principal objetivo, de dar a conocer lo que representa el teatro para la cultura a nivel mundial.

La primera vez que se celebró este día fue en 1962, donde el poeta, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau pronunció el famoso Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro. Después, otros nombres destacados le han seguido como Arthur Miller, Laurence Olivier, Pablo Neruda, Richard Burton, Antonio Gala, Humberto Orsini, John Malkovich o Darío Fo.

¿Por qué es tan especial este día para mi?



Me remontó a la niña que fui, recuerdo la mano caliente de mi madre, ese traqueteo del autobús del 28 y la emoción en la tripa porque íbamos al Parque de El Retiro a ver un espectáculo de títeres.

Y en este momento, escribiedo es como si me estuviera transportando justo a ese momento, donde ahí sentada en el suelo con otros niños y niñas iba disfrutando de esa obra de teatro -a la que yo en ese momento no ponía nombre-, de las sorpresas y tramas que ahí se iban desarrollando. Mi madre dice que como íbamos muy a menudo había veces que ya me sabía los diálogos e iba destripando al resto lo que iba a suceder :P

Sí es que siempre he sido una niña muy repipi y resabida...

Y así poco a poco y gracias a mi madre fui cultivando verdadera pasión por ese mundo.

A medida que iba creciendo y acorde a la edad que iba cumpliendo mi madre me llevaba a espectáculos dentro de un teatro, y así con el paso de los años esa Natalia soñaba con el día de mañana podría ponerse encina de un escenario y hacer sentir a la gente, lo que yo sentía cuando veía esas obras, que a día de hoy me siguen dejando con la boca abierta.

Hace más de diez años tuve ese sueño cerca, porque decidí estudiar interpretación en una escuela de Madrid pero la salud y el dinero no me pidieron permiso por lo que lo tuve que dejarlo, pero no recuerdo un momento más tenso y feliz como la primera vez que mi princesa Telma salió a la katarsis del tomatazo en la Sala Mirador.



Esa adrenalina, ese nervio, esa sensación de no ser yo misma y ponerme en la piel de alguien que yo había ido construyendo piedra a piedra:

- Su vestimenta
- su carácter
- su voz
- su forma de andar
- su forma de tratar a la gente

Ese enfermiza y preciosa locura que me ayudo a descubrir más sobre ella y sobre mi, asumiendo que los únicos límites que tendría mi vida serían los que yo misma me pondría, porque ahí estaba yo, la Natalia con la que se metían en el colegio por su forma de decir la letra "r" y por su nariz, delante de tanta gente y siendo absoluta y completamente feliz, no me preocupaba de mi, porque lo importante era ella, esa bendita princesa escapada de un sanatorio mental.

Como os decía mi salud y mi dinero no me permitieron seguir, pero eso no significa que haya renunciado a mis sueños, porque un día volveré y no con el objetivo como pensaba mucha gente de hacerme conocida sino de dar vida a otros u otras y poder hacer sentir una centésima parte que yo sentí por ejemplo cuando vi a Blanca Portillo representando Medea en Mérida o María Hervás en Jauría, entre otras muchas.

El teatro me recuerda a mi madre, a esas lecturas hospitalarias cuando era muy pequeña y mi habitación era la del hospital La Paz de Madrid y parecía que volver a casa sería algo muy lejano pero aquí estoy, sentada a unos días de cumplir 36 cuando ni siquiera me dieron uno.

El teatro:

- me reconforta
- me ayuda
- me hace mirar al mundo desde otro punto de vista no el autoritario y único que solemos tener las personas
- me hace descubrir otros mundos y a otras personas,
- dar vida a personajes literarios que vivían solo en mi cabeza
- viajar por países y lugares que jamás he visitado
- transitar por estados de ánimo que no he vivido 
- vivir situaciones que nunca me podría imaginar, haciendo una labor pedagógica enorme
- dando vida a todo tipo de personajes o personajillos que han existido en la realidad
- me hace bailar
- me hace soñar
- me hace discrepar y cuestionarme muchas circunstancias
- me hace descubrir la verdad de sucesos que desconocía

En el teatro es vida y para mi forma una parte muy importante de la mía.

Ni mi vida ni yo seríamos la misma sin el teatro y esa dosis de realidad que nos aporta.

Me duele como un puñal por la espalda, cuando tratan de herirlo a él y a los y las que se dedican a él, faltando el respeto a un trabajo tan impresionante como es dar vida, cara, voz, cuerpo y alma a otra persona totalmente diferente a ti.

El teatro es cultura y aquellos y aquellas que le atacan, solo muestran su carencia de ella, y aunque me parece deleznable y un delito de odio que solo el tiempo por desgracia podrá juzgar, dado que en este país la cultura por desgracia importa poco, también me dan lástima esas personas y pena de que sean seres tan obtusos y obtusas incapaces de no ver más allá que su odio y falta de cultura.

Necesitaba sentarme y escribir este post, porque como os digo decir o escribir la palabra teatro es sentir a mi madre cerca.

Antes de deciros adiós unas cosas, hoy 27 de marzo nació alguien muy especial, justo este día tan bonito, felicidades preciosa.

Y a vosotros y vosotras os veo en un rato con el estreno de la tercera temporada de una serie brutal

Os despido con la cara de aquella época donde el teatro fluía por mi cuerpo y llenaba casi todos los rincones de mi vida, una cara de absoluta y completa felicidad



:P




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