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miércoles, 11 de marzo de 2020

Ni putas ni sumisas, de este lema nació un gran movimiento

En las cada vez más pasadas Navidades, mi madre que como os he dicho me conoce muy bien -y la verdad no se porque me sorprendo- me regaló el libro que siento hoy en este post- comenzó a engancharme desde que leí la primera página y se me quedo clavada entre las primeras 20 páginas el siguiente párrafo:

"No es fundamentalismo creer mucho y con gran vehemencia lo que uno crea, sino pensar que la religión es una verdad tan perfecta que debe organizar el mundo completo, incluida la política"


Fue el eslogan, voluntariamente provocador, con que un puñado de chicas de barriadas obreras lanzó un manifiesto denunciando el machismo y la violencia masculina. El detonante fue el asesinato de Sohane, una joven de 18 años que fue quemada viva en un sótano de Cité Balzac. Hermosa e insumisa, Sohane, hija de la inmigración, había pagado con la vida su negativa a plegarse a las normas de funcionamiento de la barriada.

Pero este libro, claro y sintético, no es sólo la historia de un movimiento que ha tenido gran repercusión en Francia y que entre otras cosas ha contribuido a la promulgación de la llamada "ley del velo", sino que también habla de inmigración, mujeres musulmanas, del feminismo institucionalizado, de las nuevas relaciones entre hombres y mujeres jóvenes, del multiculturalismo y del universalismo, de la laicidad en la escuela, en los barrios como guetos, del movimiento obrero y la falta de trabajo... Es decir, de cuestiones que no solo afectan a las chicas de las barriadas obreras, sino a todas las mujeres francesas, y de un fenómeno que tarde o temprano ocurrirá en España y Europa.

Un libro que te hace empatizar y reflexionar sobre como tratamos a la población inmigrante cuando llegan a nuestros países ¿los integramos o los mandamos a guetos? Esta pregunta se responde muy bien sola viendo a diario las imágenes de seres humanos a Grecia, y como les están tratando.

Y a los de segunda o tercera generación ¿Son considerados como ciudadanos de a pie, o siguen siendo inmigrantes?

Y a las mujeres ¿Nos preocupamos de ellas? ¿De sus problemas? ¿De sus vidas?

Sinceramente creo que no, este libro te ayuda a entender como la situación se desbordo en nuestro país vecino, y conociendo lo que sabemos no debemos tolerar que en España pase lo mismo, y por desgracia considero que estamos repitiendo muchos factores que llevaron a que la situación de las mujeres musulmanas en Francia fuera asfixiante.

No se si lo habéis leído pero os aseguro que es una lectura fácil pero dura, directa pero cruel, pero sobretodo terriblemente necesaria.

Es imposible decir adiós sin mentar la situación que estamos viviendo en nuestro país con la propagación del nuevo coronavirus. Aunque lógicamente hay alarma y yo no os voy a engañar como enferma crónica ando asustada, creo que debemos confiar en nuestra Sanidad, en sus profesionales y en que las medidas que se están tomando solo le hacen por el bien común.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y mañana nos vemos en un jueves de teatro, aunque tal y como están las cosas ya hay teatros madrileños que están cerrando sus puertas.

:) :) :) :) :)

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