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miércoles, 25 de marzo de 2020

¿Otra educación es posible?


Aquí en la fotografía os enseñó la portada del penúltimo o quizás ya, antepenúltimo libro que ha pasado por mis manos y ojos.

Un libro que me dejo mi prima antes de irse a Nueva Zelanda y del que he ido disfrutando, aprendiendo y asimilando página página, porque por supuesto que otra educación es posible, pero ¿Hay ganas de ella?

Como decía Plutarco: la mente no es una vasija por llenar, sino un fuego por encender


El mundo de la educación está cambiando. Cada vez surgen más alternativas al sistema convencional: escuelas Montessori, Waldford, libres, activas, vivas, Reggio Emilia, institutos que trabajan por proyectos y comunidades de aprendizaje...

Almudena comenzó a registrarlas en su dirección Ludus, que en las últimos tres años ha pasado a integrar 30 proyectos. Sistemas que llevan décadas funcionando y otros mucho más recientes.

Este libro, nos introduce en las alternativas más conocidas, analizando tanto sus aportaciones más sugestivas como sus aspectos controvertidos,. Porque ¿en estas escuelas se aprende? ¿es una moda? ¿son elitistas? ¿son legales?

Un libro necesario para cualquier persona interesada en la educación, para fanilias, para educadores o educadoras o para simples observadores de una tendencia que cada vez tiene más fuerza. Porque esto no tiene marcha atrás.

Y eso es lo que deseo yo, que no tenga marcha atrás, que se deje de sobrecargar a los niños y niñas, que estudien o aprendan a través de métodos más dinámicos, donde sepan relacionarse o adquirir conceptos para el día de mañana poder desempeñar una profesión.

Pero ¿Todo lo que aprendemos o estudiamos en el colegio nos sirve en el futuro?

¿España estaría dispuesta de verdad a dejar las diferentes ideologías de lado y centrarse en los que es mejor para sus menores, que el día de mañana son los que mantendrán este país?

La verdad es que a esta última pregunta creo que no, porque la educación es un dulce muy goloso y apetitoso al que no todos y todas están dispuestas a rechazar, y es una pena.

Con hijos o sin hijos, dedicándoos a la educación o no, os lo recomiendo porque eso de descubrir que por ley los deberes en este país están prohibidos es para hacer pis y no echar ni una gota.

En un rato os veo en otro post porque acabo de terminar una película española que se subía hoy a Netflix y siento la necesidad de compartirla YAAAA!!!

:) :) :) :) :)


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