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martes, 1 de junio de 2021

Removida, conmovida, revuelta, enfadada, esperanzada... Sucia

Hacía seis meses que no pisaba un teatro y que no sentía esos nervios de cuando se apagan las luces y estás a esperando que la función comience y te preguntas ¿Qué tal irá?

Como compartí con vosotros y vosotras el jueves de la semana pasada cuando os comenté la obra de Sucia, este pasado domingo que además era el último día de la función, fuimos mi pareja y yo a verla, y la verdad es que nada de lo leído se asemeja a la revolución de sentimientos y emociones que explotaron en mí en forma de lágrimas con ese final donde puedes ver algo de luz, algo de esperanza, algo de futuro, con una palabra muy simple y complicada, la reconciliación con una misma.


Una apuesta muy valiente, muy fuerte en lo visual, en lo sonoro, hasta diría que en lo oloroso. 

En España se registran 32 denuncias por agresión o abuso sexual.

Durante el primer trimestre del 2020 se registraron casi 100 denuncias más que el mismo trimestre del año anterior, y con el confinamiento aumentaron los casos de abuso intrafamiliar más que nunca.

Sucia habla del abuso y pone el foco no sólo en la propia experiencia vivida por la víctima, sino en cómo recibimos este tipo de situaciones como sociedad. Cuando la víctima cuenta su experiencia, la primera reacción que surge por parte del mundo a menudo es clara: ¿Por qué no hiciste nada?

Sucia es la respuesta a esa pregunta, incómoda a lo que yo añadiría, soez, cruel, lejos de la empatía y en donde se señala a la víctima como responsable de un acto atroz en el cuál ella no ha tenido ninguna responsabilidad. Porque la pregunta no es ¿Por qué lo hiciste? 


La obra es una apuesta valiente y escénicamente muy potente donde el espectador o espectadora puede llegar al humor buscado pero en el fondo el dolor se respira, se huele, se siente a través de esa música potente que te hace sentir ganas de bailarla.

Yo salí de ella destrozada emocionalmente pero muy feliz, la felicidad que da el ver una mujer que pone sobre las tablas un hecho que la provocó un dolor incalculable con el fin de sensibilizar, mostrar y enseñar a los hombres el daño que nos pueden causar, ellos y solo ellos pueden cambiar este terrible terrorismo machista que en cuanto a asesinatos ya se ha cobrado la vida de unas 20 mujeres y menores.

¿Cómo lo podéis hacer? 

- No le rías las gracias a un amigo o grupos de amigos, y no les regales tu silencio porque éste es cómplice.
- No molestes a una mujer.
- No piropees a una mujer, nosotras si vamos guapas o no es por nosotras mismas, vuestros juicios nos sobran.
- No pongáis en duda los testimonios de mujeres que cuentan experiencias traumáticas.
- No toquéis los cuerpos de las mujeres sin su consentimiento.
- Recuerda que solo sí es sí, y si no hay ese sí, es una violación.


Desde este rincón solo me sale darle las gracias a Barbara Mestanza por este relato tan eléctrico, gracias por la generosidad, gracias por la valentía, gracias por ayudar a tantas mujeres y tratar de concienciar a los hombres. Por cierto la encuesta que se hacía al principio como parte de la función todo un acierto. 
Solo me sale decirte que ese monólogo final me limpio el cuerpo, el alma que siempre a estas alturas del año desde hace 18 años siempre tiene pesadillas y hasta dolor físico, pero llegados a este punto, la vida siempre merecerá la pena.

De momento Sucia ha acabado en el Teatro La Abadía pero habrá que seguirla la pista si hace gira o vuelve a algún teatro madrileño, si la veis verla, sufrirla, aprender y compartirla. Lo que se habla en ella no son problemas de mujeres sino de esas masculinidades que se sienten valoradas ante la objetización de los cuerpos de las mujeres sin importar el daño o lo que te pueden llegar a joder la vida.

Solo espero que esta obra traspase muros y pueda llegar a verse entre esas personas jóvenes que aprenden como las relaciones sexuales al uso son aquellas que ven en el porno.

Muchos besos rinconeros y rinconeras. Debo admitiros que están siendo unos días difícilmente llevaderos en lo emocional, con más bajos que altos, con mucho insomnio, con muchas pesadillas y mucha incertidumbre, pero volveré a subir y a poder compartir que el sol volverá a entrar por la ventana.

:) :) :) :) :)

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