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miércoles, 16 de junio de 2021

"Es urgente desarmar la masculinidad: nos va la vida en ello" Beatriz Ranea

Para sentarme a compartir el libro de este miércoles, primero debo retroceder al mes de octubre del año pasado cuando me apunté a unas jornadas sobre Feminismo que iba a impartir la UNED de forma virtual durante una semana.

Justo el día que realizaba su ponencia Rosa Cobo -una de mis grandes maestras feministas- sobre la prostitución con pinceladas sobre la pornografía, estaba la autora de hoy, Beatriz Ranea. El impacto que causaron sus palabras en mi madre y en mí -porque ese día se sentó conmigo para escuchar lo que iban a exponer las dos ponentes- fue enorme, porque Ranea se centraba en la masculinidad, y en la forma en la que los hombres se desarrollan y viven en ella, adelantando que para el año que viene estaba preparando el ensayo que os siento hoy: Desarmar la masculinidad

Y es que quizás y sin quizás, debamos enfocar nuestros esfuerzos en que los hombres tomen conciencia del daño que causan cuando ejercen su supremacía, privilegios y masculinidad sobre nosotras, nuestros cuerpos, nuestras vidas. Y ojo, que no hablo de los hombres en general, que siempre hay algún ofendidito que se da por aludido y yo particularmente me cansó.


Pese a que muchas veces seguimos pensando el género como sinónimo de mujeres, hablar de masculinidad también es hablar de género, pues se aprende a ser hombre mediante el proceso de socialización. En concreto, la masculinidad es una construcción identitaria permanentemente a prueba, que los hombres han de afirmar de forma constante a través de diferentes mandatos sociales y culturales. En este libro Beatriz Ranea aborda el análisis de la crisis de legitimación de la masculinidad hegemónica en Occidente, mientras se van divisando tímidas expresiones de otros modelos alternativos, por contrapartida, se observa como la masculinidad trata de recomponerse resistiendo con contundencia al cambio social. Para ello, la autora reflexiona sobre las ciber violencias, la pornografía mainstream, la prostitución, la violencia sexual grupal, figuras como el sugar daddy, así como las vehementes reacciones de los hombres blancos enfadados relacionados con el auge de la extrema derecha. Por último, Beatriz Ranea nos da las claves indispensables para entender que la masculinidad hegemónica es una herramienta patriarcal que es preciso desarmar en aras de la libertad humana.


Antes de escuchar aquella vez que os contaba a Ranea yo ya llevaba algún tiempo reflexionando sobre el pensamiento de que llegados a este punto, habría que comenzar a trabajar con los hombres, desde edades muy tempranas, para tratar de deconstruir esa masculinidad en la que no se vean amenazados por las mujeres, sino que ambos géneros sean iguales, pero una igualdad real, no esa falsa que nos venden. Pero a día de hoy y aunque hay muchos hombres que se han puesto delante de un espejo y no les ha gustado nada su reflejo y se han puesto a deconstruir aquello que les hace daño y lo haría a otras, -porque estar permanentemente demostrando tu hombría debe ser cansino- sigue habiendo muchos, demasiados que solo ven en el movimiento feminista un grupo de "feminazis" -por cierto detestó este término, seguramente se lo inventaría un misógino-. Lo que ellos no saben es como diría Margaret Atwood: Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos. Las mujeres tienen miedo de que los hombres las asesinen.

Deconstruir es muy difícil y te obliga a estar en constante conflicto contigo y con el resto, pero es sano y creo que les haría mejores. Claro también os diré que en la sociedad que vivimos donde las masculinidad está en alza con relatos y programas en horarios de máxima audiencia es un valor de ganar dinero es complicado, pero no debemos dejar de bajar los brazos e insistir e insistir.

Reconocerme como feminista ha sido el ejercicio más complicado de mi vida, porque antes vivía más a gusto con mi velo de la falsa igualdad -aunque yo no fuera educada en ella-. El feminismo me ha regalado muchas cosas muy bonitas, como el autoconocimiento y sentirme orgullosa de ser mujer. El feminismo me hace tener una relación igualitaria, o por lo menos eso trabajamos diariamente mi chico y yo, y me ha hecho valorar la relación que tengo con mi pareja.

No voy a hacer ninguna pregunta porque os recomiendo poner este ensayo en vuestras manos y reflexionar sobre todo lo que se dice en él. 

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con una flamenca apuesta escénica.

:) :) :) :) :)


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