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lunes, 11 de marzo de 2019

Historias de un asedio: Suite francesa

Hace unos años en la fiesta del cine -ya sabéis esos tres días en que el cine cuesta 2,95€- fui con mi madre a ver Suite francesa, una película que debajo de la historia de amor o cariño, lo que trasluce es el horror y pánico del pueblo francés de la invasión y posterior ocupación de los nazis en Francia durante la II Guerra Mudial.


Cuando acabó la película -en los títulos- descubrimos que la película estaba basada en la novela de homónimo nombre, Suite francesa y que su escritora no llegó a terminarla pues perdió la vida.

El libro llevaba en mi estantería desde que vi la película no ha sido hasta hace unas semanas que decidí bucear sobre sus páginas y descubrir que aunque la película me gustó solo recoge una pequeña parte de esta novela que tiene un fuerte carácter autobiográfico.


El descubrimiento de un manuscrito perdido de la autora causó un auténtica conmoción en el mundo editorial francés y europeo. Una novela excepcional que fue escrita en condiciones excepcionales.

Suite francesa parte de París en los días previos a la invasión alemana, en un clima de incertidumbre e incredulidad.

Enseguida, tras las primeras bombas, miles de familias se lanzan a las carreteras en coche, bicicleta o a pie.

Se van narrando con precisión y sin medias tintas las escenas conmovedoras y grotescas que se suceden durante el camino: ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, los bombardeos sobre la población indefensa, las artimañas para conseguir agua, comida y gasolina. A medida que los alemanes van tomando posesión del país, se vislumbra un desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de una nueva época.

La presencia de los invasores despertará odios, pero también historias de amor clandestinas y públicas, muestras de colaboracionismo.

Este libro fue concebido como una composición en cinco partes - de las cuáles la autora solo alcanzó a escribir dos- combina un retrato intimista de la burguesía ilustrada con una visión impecable de la sociedad francesa durante la ocupación.


En otoño de 2004 le fue concedido el premio Renaudot, otorgado por primera vez a un autor o autora fallecida, lo que fue todo una revelación y poniéndola en el foco de la industria del cine para llevarla a las pantallas con una historia que como os decía se centra en un parte muy pequeña de la novela.

Muchas veces se puede llegar a pensar que ya hemos visto, leído u oído todo sobre la II Guerra Mundial, pero yo soy de las personas que creen esto no debería ser así, porque siempre hay nuevas historias o testimonios que nos hacen que no olvidar lo que sucedió y no consentir que la historia vuelva a repetirse.

Pero por desgracia esto es una utopía, porque el ser humano es el único animal capaz de tropezar 20 veces con la misma piedra.

El libro ha ido agarrando mi interés poco a poco sin prisas, aunque una vez que estaba dentro de él, me ha sido muy difícil dejarlo. Una fiel muestra de como los seres humanos podemos llegar a ser, actuar, hablar ante situación tan desagradable como es que te invadan y maten. Y como después de ésto ocupen ya no solo tu país sino tu casa.

Todas las historias humanas que narran de las cuáles muchas siguen adelante se quedan en las cunetas, pudiendo poner nombres -aunque ficticios- a las millares de personas que perdieron sus vidas en la II Guerra Mundial.

¿Os lo recomendaría? Por supuesto, porque es de esas novelas que poco a poco y sin hacer gran ruido te va tocando el corazón y cautivando, porque parece mentira pero detrás de todo ese horror siempre hay lugar para las flores, la esperanza e inclusive el amor.

Muchos besos rinconer@s y os deseo que tengáis un buenísimo comienzo de semana.

:) :) :) :) :)

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