"De poetas no digo: buen siglo es éste. Muchos están en ciernes para el año que viene; pero ninguno tan malo como Cervantes ni tan malo necio que alabe a Don Quijote".
Esta de arriba es una carta que Lope de Vega envió a un amigo, cuando la guerra literaria y personal entre él y el alcalaíno ya había sido declarada y era notoria y pública. Paradojas del destino, hoy La Casa Museo de Lope de Vega, la que fuera residencia del autor durante los últimos 25 años de su vida, se encuentra en la madrileña calle Cervantes, en el céntrico Barrio de las Letras.
El edificio lo adquirió en 1610 y era bastante destacado para la época. Abierta al público en 1935, el inmueble se declaró monumento histórico-artístico ese mismo año. Construido en 1578, el poeta y el dramaturgo lo compró 32 años después por 9.000 reales, cuando todavía vivía su 2ª mujer, Juana de Guarda.
En esta casa que os siento a estas horas del ya pasado viernes, vivió un cuarto de siglo, hasta su muerte en 1635. Esta Casa Museo sirve no solo de homenaje merecido al escritor y de estímulo al conocimiento de su figura y de su obra, sino también como tentadora puerta de entrada al Siglo de Oro español y el interesante Madrid del S. XVII, a sus vivencias, su sociedad, su historia, su religión y cultura.
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