Como dice Pamela Palenciano en su monólogo, No solo duelen los golpes, una palabra duele más que una ostia. Y por supuesto, insultar, denigrar y menospreciar a tu pareja es una forma de violencia de género. Muy silenciosa, muy callada, que casi siempre pone buena cara pero que tiene hecha un ovillo a su víctima.
Hace unos días viendo el catálogo de Movistar Plus, vimos la peli que os siento este sábado: Alice, querida. Y ver a Anna Kendrick en un cartel es sinónimo de sentarte a ver la peli.
Nos cuenta la historia de Alice que es una mujer al límite. A sus treinta años, vive una situación de maltrato psicológico perpetuado por su novio, Simon, que la tiene atrapada en un estado de parálisis. Durante unas vacaciones en el campo con sus dos mejores amigas, Alice redescubrirá la esencia de sí misma y por fin adquirirá la perspectiva que tanto necesita.
Sin embargo, la venganza de Simón por la fuga inesperada de su pareja es tan inevitable como demoledora y, una vez desatada, podrá a prueba la resistencia de Alice, su valor y la fortaleza de los lazos con sus amigas.
La película es el retrato perfecto de la violencia silenciosa y las consecuencias para quienes la padecen y no saben o en ese momento no pueden o no saben salir de ella.
Es el retrato perfecto del maltratador, con buena cara para el resto y con su verdadera cara y actitud de puertas para adentro de su casa.
Es el retrato perfecto de lo que llamamos sororidad y amistad. Estar ahí, respetar y acompañar.
Es una cinta lenta, llena de luz que Kendrick nos va enseñando poco a poco el infierno que vive y que físicamente se hace muy palpable. El retrato de muchas.
Como único pero, pondría los veinte minutos finales, algo descafeinados, pero el tono de la peli no permitía otra cosa.
Y no hago la pregunta, verla, sufrirla y me contáis que os ha parecido.
Ah!!! el trabajo de Kendrick un absoluto escándalo.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros esta tarde noche con otra peli.
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