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domingo, 19 de septiembre de 2021

Pisar los pasillos del Museo del Prado y poner la vista sobre sus obras siempre es un regalo.

- 8045 pinturas.

- 9561 dibujos.

- 5973 estampas.

- 34 matrices de estampación.

- 971 esculturas.

- 1189 piezas de arte decorativo.

- 38 armas y armaduras.

- 2155 medallas y monedas.

- 15.00 fotografías.

- 4 libros.

- 155 mapas.

Todo esto que os he detallado es la gran muestra que tenemos la suerte de visitar en el Museo del Prado de Madrid, uno de mis lugares favoritos, donde pasear por sus galerías, posar la mirada sobre sus obras y darte cuenta que somos muy pequeñitos o pequeñitas delante de ese cuadro, los años y siglos pasan, nosotras pasaremos pero ellos perdurarán, y serán muchos los ojos presentes y futuros que los verán. Y eso da una sensación de vértigo terrible por el miedo a la muerte pero a la vez felicidad, porque sí, he tenido y tengo la suerte de haber visto esas obras tan impresionantes en multitud de ocasiones.

Mi vida desde hace 14 años y algunos meses me regaló el placer de poder compartirla con mi chico, un hombre que en un primer momento podría parecer que no nos unían muchos hobbies, pero que con el paso del tiempo veo claro, que son muchos los caminos que transitamos juntos, respetando nuestros espacios, nuestros momentos de desconexión, nuestras aficiones no comunes... pero ahí en la cultura y en este post de hoy en especial, en el arte, estaba uno de nuestros grandes puntos de unión. Recuerdo como la primera Semana Santa que pasamos juntos visitamos juntos por primera vez el Museo y su cara cuando vio Las lanzas o la Rendición de Breda de Velázquez: asombro, sorpresa, admiración, curiosidad y la clara intención de que no fuera la última vez que nuestros ojos sobre esa y todas las obras que en ese Museo duermen.

Cuando regresamos de unos días de desconexión en Maró, decidimos que todos los fines de semana íbamos a hacer planes culturales, porque nos encantan y tenemos la suerte de vivir en Madrid, una ciudad que su oferta cultural es inmensa y en muchas más ocasiones de las que creemos, gratuita.

Por ejemplo el Museo Nacional del Prado se puede visitar gratis de lunes a sábado de 18 a 20 horas y los domingos de 17 a 19 horas, claro dos horas no sirven para ver mucho, pero ¿Y hacer todos los meses una visita e ir disfrutando sin prisas de cada una de sus galerías? Yo os recomiendo que hasta gratuitas, las entradas las podéis coger a través de su página web www.museodelprado.es

Aunque según he leído, puede ser que las entradas online para ese día estén agotadas, pero hay diariamente disponibilidad de entradas en las taquillas del Museo, y poneros en el peor de los casos que os dais el viaje hasta allí, y no quedan, por favor está el Paseo del Prado para dar una vuelta, que recientemente ha sido declarado Patrimonio Cultural Mundial.

¿De dónde proviene la Colección de obras del Museo? Debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a los largo de varios siglos. Un reflejo de los gustos personales de los reyes españoles y su red de alianzas y sus enemistades políticas, por lo que es una colección asimétrica; algunos artistas y estilos tiene un repertorio insuperable , y por el contrario otros e hallan representadas nula o escasamente. El fondo procedente de la Colección Real se ha ido complementando con aportaciones posteriores, que apenas han modificado su perfil inicial, puesto que, a diferencia de lo habitual en las pinacotecas nacionales de otros países, los esfuerzos, más que a completar las faltas, han ido dirigidos a reforzar el núcleo esencial.

Aspectos menos conocidos es que el museo cuenta con una importante sección de Artes decorativas como el Tesoro del Delfín, y una colección de esculturas, entre las que destacan las greco-romanas.

Pero oye, no olvidemos que este Museo se lo debemos a una Reina española, que cuando vio que las obras se llenaban de moho y humedad en los sótanos de El Escorial, se echo las manos a la cabeza y comenzó a imaginar, idear y dar forma al Museo Nacional del Prado¿ quién era ella? Isabel de Braganza.

Os recomiendo que si nunca antes lo habéis visto, hagáis la visita, porque es una pasada posar los ojos sobre sus cuadros y si no os gusta, por lo menos lo sabréis de primera persona. Creo que no hay sensación de más inmensidad que plantarte delante de Las Meninas -por ejemplo- y sentir la grandiosidad y como os decía al principio, el paso del tiempo.


Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con unos lunes emocionantes, porque he tenido la gran suerte de volver a hacerme un ciclo teatral lorquiano. Hasta mañana.

:) :) :) :) :)

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