Luminosa, trágica, sentimental, amorosa, llena de vida y muerte: El olvido que seremos

 

El olvido que seremos, la nueva película de Fernando Trueba narra de manera íntima la vida de un hombre bueno, el médico Héctor Abad Gómez, carismático líder social y hombre de familia, un destacado médico y activista por los derechos humanos en Medellín polarizado y violento de los años 70.

La historia relata la vida del doctor, padre de familia preocupado tanto por sus hijas e hijo como por los niños de clases menos favorecidas. En su casa se respiraba la vitalidad y la creatividad características de una educación fundamentada en la tolerancia y el amor, pero la tragedia asomaba.

Algo que me fascinó de la peli son esos contrastes entre el cine a color que se corresponde con el pasado y el blanco y negro de las escenas futuras, retratando a través del color la irracionalidad, la violencia y el dolor de la pérdida.

Una peli tranquila y amable en la que te enamoras de ese Héctor y la relación con su hijo el pequeño, aunque en el fondo con cualquiera de sus hijas, pero con el niño tiene una conexión muy especial, basada en el amor, el respeto y valores como la igualdad entre hombres y mujeres y oportunidades entre personas con dinero o con menos recursos económicos.

Poner en valor:

- La educación como arma de futuro.

- La salud para todos y todas, sin distinción.

- La igualdad, me quedo con la frase: "A una mujer no la debes tocar ni con el pétalo de una rosa".

- La familia, ese soporte vital que te pellizca el corazón y te arranca la sonrisa.

- La libertad, de actuar, de ser, de vivir, sin hacer daño a nadie.

- Para Javier Cámara muchas veces sobran las palabras, porque su trabajo desde la emocionalidad y la fuerza de la razón es apabullante.

El olvido que seremos ha sido una película que sin buscarlo me hizo llorar y llorar a mares, porque esa emocionalidad no buscada es la que de verdad llega, porque es una peli que no se olvida.

De no haberla visto, la tenéis en Netflix, así que por favor no la pirateeís, y si la veis contarme que os ha parecido. Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con un doble espacio teatral:

- La recomendación.

- Y la opinión.

No me quiero despedir sin reclamar a todos los partidos políticos sin excepción que comiencen a tomar las medidas y a ejecutar las leyes que protejan a todas las personas que habitamos las ciudades, da igual nuestro género, nuestro peso, nuestra orientación sexual... Tenemos el derecho de amar a quién nos salga del alma, es atroz lo que ha tenido que padecer un chico de 20 años en Madrid con una agresión feroz por parte de unos cobardes. Madrid siempre ha sido la ciudad donde poder vivir, amar, respirar, trabajar, correr... con libertad y sabiendo que los y responsables iban a velar por ello, cosa que actualmente dudo. Cuando normalizamos discursos de odio, las agresiones llegan, hay derechos constitucionales que son inamovibles, y aquellas y aquellas que los cuestionan de forma pública y de forma privada con alevosía coartan la libertad de otros u otras deben ser llevados ante la justicia, para que ésta haga su trabajo.

Hasta mañana.