En la segunda temporada de esta serie de HBO se acompaña a Alma, una ama de casa que se siente invisible de cara al mundo, siempre se ha sentido así y después de ver cómo los demás disfrutan los focos y las fiestas a través de una vitrina, se ha cansado de esperar que las miradas la alcancen a ella.
Esto también llevará a acompañar a Rita, la que Alma considera su ideal y una figura totalmente ajena a ella. Siempre divina, a la moda, en las fiestas y con la atención de todo el mundo. Memorable, con su nombre en boca de todos y todas. Pero no todo es tan idílico como señalan las apariencias y el glamour. Un vistazo tras las puertas de su mansión pueden señalarnos secretos que hagan que pierda su brillo de estrella de Hollywood.
Esta nueva temporada de una serie que a mí particularmente me sorprendió mucho en la primera, han metido un giro total, dejando los viajes por tres tiempos distintos para centrarse en las vidas de Alma y Rita, y en donde ya no solo que no todo es Oro lo que reluce sino que pone sobre la mesa como las envidias son capaces de hacernos perpetrar los actos más atroces. Sí, es verdad, que tiene muchos estereotipos en cuanto a los personajes femeninos:
- La mujer clase de alta, guapa y con cuerpazo.
- El típico personaje de la cazafortunas.
- La mujer que desea todo lo de la otra, y que físicamente puede que no sea tan agraciada.
- La chica gorda que siempre es buena, inocente y casta.
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