"Marina viaja a Vigo para conocer a la familia de su padre biológico, que murió de sida, al igual que su madre, cuando ella era muy pequeña. A través de los encuentros con sus tíos, tías y abuelos, la joven intenta reconstruir un relato de sus padres, pero todos sienten demasiada vergüenza hacia los conflictos de drogas de la pareja, algo que Marina les recuerda con su presencia. Será la historia de amor adolescente que vive con su primo lo que le permite re imaginar a sus padres y conectar con ellos. De esta forma, inventa un cuento, gracias al diario de su madre, que la libera del estigma que su familia siente por ellos y cumple el deseo de entender el pasado... "
Esta película que os siento este sábado grisáceo, es muy especial:
Especial por la trama, con la que Carla Simón -la directora- cierra su trilogía sobre su memoria familiar después de Verano 1993 y Alcarràs.
Especial en la imagen, haciendo especial hincapié a los paisajes y lo que éstos provocan en las personas.
Especial en el mar, como un protagonista más de la historia.
Especial en los silencios, porque no siempre las buenas historias están llenas de palabras.
Especial en el tono elegido para poner sobre el centro las drogas, sus consecuencias, lo que provoca en quien la consume y quiénes le rodean.
En general una película tan especial como el cine de Carla Simón lleno de verdad que sustenta cada segundo de metraje. Un cine humano, social, verdadero, alejado de los grandes focos y centrado en las historias aparentemente pequeñitas en las que todas y todos podemos vernos reflejados.
Una película que si no habéis visto, deberíais ir al cine a verla.
Si la habéis visto contarme que os ha parecido, me encanta tener conversaciones largas sobre una buena película.
Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y espero veros esta noche he con otra peli española.
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