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lunes, 15 de febrero de 2021

Relato brutal: El consentimiento

Tengo que dar las gracias antes de comenzar a escribir a "mi compañera del metal" por compartir conmigo el libro con el que comienzo esta nueva semana de un febrero que marca el inicio del 8M del 2021.

¿Qué pensamos cuando oímos la palabra consentimiento? Una persona que acepta algo.

Cuando estamos hablando de relaciones sexuales ¿Qué entendemos por consentimiento? Una mujer accede de forma voluntaria a mantener relaciones sexuales con un hombre.

Hay algo que me gustaría resaltar, cuando hablamos de consentimiento en el sexo: solo sí es sí, y para que ese consentimiento exista deben haber unas normas legales que marquen el cuándo una persona tiene la edad legal para mantener relaciones sexuales.

De eso trata el libro de hoy, El consentimiento de Vanesa Springora, que en primera persona narra como fue lo que ella creyó que era su primer amor con un escritor francés que la llevaba casi 40 años.


Con trece años, Vanesa Springora conoce a Gabriel Matzneff, un apasionado escritor treinta y seis años mayor que ella, tras cuyo prestigio y carisma se esconde un depredador. Después de un meticuloso cortejo, la adolescente se entrega a él en cuerpo y alma, cegada por el amor e ignorante de que sus relaciones con menores llevan años nutriendo su producción literaria.

Más de treinta años después de los hechos, Springora narra de forma lúcida y fulgurante esta historia de amor y perversión, y la ambigüedad de su propio consentimiento.

Esta obra cuestiona a la intelectualidad francesa y a una sociedad obnubilada por el talento y la celebridad.

¿Por qué lo llaman consentimiento cuando estamos hablando de niñas? Jamás alguien de más edad se puede enamorar de un menor o una menor de edad, eso es ser un pederasta, y confundir esos términos y consentir esas relaciones sin valorar su gravedad llevan a historias como la de Vanesa, que todo su entorno era conocedor de su "pareja" y nadie veía grave que un tipo casi 40 años mayor que ella, se hubiera fijado en ella.

Muchas veces y habló en primera persona cuando somos jóvenes, que un hombre más mayor se fije en nosotras es como un regalo, te sientes deseada o aceptada, pero es que esas relaciones tienen un tope legal y no se puede mantener relaciones sexuales con personas de esa edad. Y no sirve me han engañado.

La forma de contar su historia, a través de en mi opinión un tono impersonal, va lanzando vivencias al lector o lectora y hace que sientas verdadero asco y rabia de que tantos años después se sigan tolerando esas relaciones en nombre del amor o de la intelectualidad.

¿Os lo recomendaría? Por supuesto, a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros dentro de un ratito porque ayer no me dio tiempo a compartir una película del gran genio del cine de nuestro país, con una banda sonora fácilmente reconocible.

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