España, años 50. La historia comienza con un joven al que sus padres le piden que vuelva de México, para que pueda conocer a su prometida. Él regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet.
Esta llegada generará conflictos en este lugar que se encuentra bajo las órdenes de un gobierno oprimente capaz de tomar medidas nada gratas para sus habitantes.
Si conocéis como yo a Manolo Caro de Las casa de las flores, os habréis quedado con la mandíbula desencajada ante esta nueva miniserie, que marca un cambio de registro tremendo. Sí la anterior uno de sus troncos era el humor -aunque había muchísimo más tras el- Alguien debe morir, de humor tiene poco, porque el franquismo y sus seguidores no dejaban aire para que entrará la risa a aquellos o aquellas que no pensaban o vivían según las normas que ellos habían establecido.
Una serie que llegó a Netflix a mediados de octubre, y que no puede ni debe dejar indiferente a nadie, vaya familia, vaya historia, vaya personajes, vaya drama, vaya dolor.
LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE ELLA:
- Todos y cada uno de los actores y actrices del reparto, que van asomando sus personalidades desde el minuto 1, haciendo que el posicionamiento del espectador o espectadora en la historia sea una obligación.
- Una banda sonora que te duele en cada golpe y cada tiro.
- El trasfondo de la sociedad violenta en la que está basada con los rifles y el tiro como reflejo de la maldad y el dolor que está provoca.
- Un guión que no se esconde, pero que da lugar a muchas sorpresas que no te esperas.
- Sobria y precaria ambientación.
- El baile como bálsamo para el dolor.
- El final, que te deja con la cara desencajada.
¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido? ¿Os la recomendaría? Es una de las mejores apuestas del catálogo de Netflix en estos momentos, y eso que esa plataforma siempre sorprende cuando menos te lo esperas.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y os veo mañana con una obra de teatro
:) :) :) :) :)
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