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lunes, 23 de noviembre de 2020

El himen y el hiyab ¿Por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual? Mona Eltahawy

Cuando hace unos cinco años me declaré feminista ya no solo en mi ámbito privado sino en el público, y vivir el feminismo como un regalo pero también como un sano problema porque, puede sonar a tópico pero tu vida desde ese momento cambia:

Porque jamás vuelves a pensar lo mismo

Porque jamás vuelves a ver las cosas desde un único punto de vista

Porque percibes cosas que antes ni te habías parado a pensar, mirar o valorar

Porque el cine no lo vuelves a mirar con los mismos ojos

Un sin fin de caminos que hacen que siempre de forma inconsciente pero también consciente, asumas que aunque sea difícil el mundo en el que vivimos no es igual para los hombres que para las mujeres, porque solo por el hecho de nacer con ese género nos vamos a encontrar muchas más piedras en el camino, y esto no es dramatismo es la verdad.

Desde hace más o menos mes y medio, ando metida en talleres online en diferentes espacios de igualdad que ofrece el Ayuntamiento de Madrid, y en el primero que di con el centro María Zambrano a través de zoom, hablaron de diferentes tipos de feminismos.

Sí el feminismo es un movimiento social, político, cultural, que trabaja por conseguir la igualdad o equidad entre mujeres y hombres, pero no puede ser lo mismo que se persigue aquí en España, que en Polonia - recientemente las mujeres han salido de forma histórica a las calles por una nueva ley que pretende restringir el aborto-, en EEUU, América Latina, Oriente Medio, aunque la base de la raíz sea la desigualdad existente.

Las lecturas feministas son una constante en mi día a día, como habréis observado si me leéis con cierta regularidad, seguir formándome en género, es algo que a día de hoy considero imprescindible para mi y esa Natalia que trabajo por ser cada día. Por lo que alterno lecturas de libros imprescindibles que toda feminista deberíamos tener al menos una vez en la vida sobre las manos como El segundo sexo o con feministas de nuestro país como la maestra Nuria Varela, pero también leer realidades de activistas feministas de otros países.

Y hoy, quiero sentar uno de esos libros, que conocía gracias a las redes sociales de Laura Freixas y del que he sacado un aprendizaje vital. Quiero compartir antes del libro, un pensamiento, y es que desde nuestro país occidental no podemos saber que es lo que viven otras mujeres de otros hemisferios, solo podemos acompañar y no juzgar.

El himen y el hiyab de Mona Eltawahy (activista feminista egipcia) es un manual imprescindible para conocer la realidad de las mujeres en los países de Oriente Medio y África.


Recurriendo a sus años como activista y comentarista de los problemas de las mujeres en Medio Oriente, Eltawahy explica que desde que comenzó la Primavera árabe en 2010, las mujeres en el mundo árabe han tenido dos revoluciones que afrontar:

- Una lucha junto a los hombres contra los regímenes opresivos
- Otra lucha contra un sistema político y económico, que reprime a las mujeres en estos países.

Ha viajado por Medio Oriente y África del Norte, reuniéndose con mujeres y escuchando sus historias.

Un libro que es más una súplica de indignación y acción en su nombre, enfrentado una "mezcla tóxica de cultura y religión que pocos parecen dispuestos o capaces de desenredar para no blasfemar u ofender".

Un manifiesto motivado por la esperanza y la furia en igual medida.

Eltahawy finaliza su libro con este reflexión que os quiero compartir:

"Este libro es mi contribución a la ruptura de ese espacio que separa lo público de lo privado. Soy producto de mi cultura y de mi fe. Soy hija de los tabús y de los silencios de lo que he luchado para liberarme. Soy la hermana de cada mujer que combate contra las fuerzas opresoras que han sofocado nuestras vidas sexuales y las han convertido en un terreno minado, que lucha con resolución y tesón contra las fuerzas opresoras que han asfixiado nuestras sociedades políticamente.
Soy la mejor amiga de la mujer que sale a protestar contra los déspotas políticos en la calle y continúa esa protesta contra los déspotas personales en el hogar.
Las palabras son importantes para combatir el silencio, la alineación y la palabra. Las palabras son banderas que clavamos en los planetas de nuestro ser. Las palabras nos dicen que estamos aquí".

Un libro que lo sufres porque es atroz leer las vidas que llevamos las mujeres en general, pero en otros puntos del planeta en particular debido a su género es de película de terror. Como hay países que avalan y promueven esa cultura patriarcal donde las mujeres solo somos objetos, careciendo de opinión sobre nuestra vida y cuerpos, y siendo los hombres los que deciden sobre éstos.

Unas cifras y unos testimonios crueles, pero que invitan a ver como ya hay muchas luchadoras en ellos, como hay mujeres que se revuelven y dentro de la medida de sus posibilidades y saltándose unas leyes totalmente opresoras alzan sus voces y enseñan al mundo lo que es la valentía y lo que es tener un propósito.

¿Qué podemos hacer nosotras desde nuestro mundo occidental? Respetarlas, acompañarlas y jamás como os decía antes, juzgarlas.

¿Os recomendaría este ensayo? Por supuesto es un relato duro pero necesario.

Muchos besos y rinconeros y rinconeras y espero veros mañana.+

:) :) :) :) :)


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