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sábado, 19 de septiembre de 2020

Seis meses sin tabaco

Entre los propósitos del pasado año, no estaba el que ha terminado siendo una auténtica sorpresa, hoy hace seis meses que deje de fumar. Algo que no esperaba pero que las circunstancias sanitarias y el confinamiento me han hecho un camino más fácil.

Sanitarias, porque como muchos y muchas cuando estalló toda la crisis del Covid, leí que si uno o una era fumadora podría haber muchos más problemas de los que ya de por sí acarrea esta enfermedad.

Y por el confinamiento, porque fueron 70 días los que estuve encerrada en casa sin salir desde que volví del que a día de hoy sigue siendo mi último día de trabajo, el viernes 13 de marzo.

Un confinamiento obligatorio por el Gobierno, pero también por salud, dado que con la espondilitis soy lo que se considera, un grupo de riesgo, por lo que la persona que ha estado saliendo de casa una vez a la semana fue mi chico a hacer la compra.

Y éste último detalle fue el que me impulsó el no fumar, porque si no iba a bajar yo a comprármelo, solo faltaba que con la situación que había, tuviera que haber bajado él a comprarme el maldito tabaco, que no se lo tendrá, pero es una adicción tremenda.

Así que, aquí estoy hoy, seis meses después para contaros que aunque las circunstancias se han dado favorables, llevó seis meses sin fumar, y la verdad es que me siento muy orgullosa.

Dejar de Fumar - Tabaquisme

No puedo ni quiero engañar, lo echo de menos cada día, sobre todo las poquísimas veces que salgo de casa, pero creo que el tabaco ha llegado a un punto y final en mi vida en el que no puedo consentir que haya un retorno, porque lo primero de todo es la salud, y ya de por sí, muchas veces ésta te da sustos como para encima meter algo en tu cuerpo que haga que todo se ponga más chungo en caso de enfermar, ya no solo del Covid, sino de una simple gripe o como en mi caso que soy asmática.

Hace unos 8 años, estuve 9 meses sin fumar y volví por un simple razón, ser gilipollas, pero eso a día de hoy es un lujo que no me puedo permitir, encima tengo la suerte de que en mi casa nadie fuma, lo que facilita la tarea muchísimo, pero cuando se pueda volver a tener una vida medianamente normal, mi círculo de amigas más íntimas no fuman, por lo que creo que va a ser más fácil.

Lo que sí me cuesta es desconectar al salir y no tener un cigarro en las manos, o ir andando por la calle y no fumar, pero la verdad el tabaco es una adicción que pasa mucha factura, ya no solo física sino también psicológica, que en el fondo creo que es la peor de todas.

En lo físico, porque los dolores de cabeza sufriendo migrañas, los días que más fumaba eran un escándalo, pero si a eso le sumas que las dedos te huelen muy fuerte, es todo un cóctel de ingredientes que facilitan la tarea.

Además, hay un factor muy importante y es que el tabaco mentolado que fumaba yo, se ha dejado de fabricar y vender y no hay otro que me gusté, y tampoco me apetece probar otros para volver a caer.

¿Por qué de este post? Para animaros a los y las que sois fumadores como yo, y pensáis dejarlo o habéis pensado en dejarlo, de verás somos más fuertes de lo que creemos, y el poder de la cabeza ante algo que nos puede dañar debería ganar a una adicción que lo único que hace es ir perjudicándonos, como un vaso que gota a gota se va llenando.

No se en que momento exacto de mi vida, el tabaco paso de ser algo puntual a los fines de semana, a ser una constante lo que se, es que el pasado 19 de marzo fue un antes y un después para mi, en ese último cigarro que me fumé en la terraza de la cocina de mi casa, con la tristeza de una pérdida.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y si estáis como yo tratando de superar esta adicción, fuerza y ánimo que vamos a poder.

No me puedo despedir sin compartir con vosotros y vosotras, que desde ayer la calle en la que vivó fue señalada por la Comunidad de Madrid y desde el lunes pasaremos a estar en un falsa zona de restricciones. Pero eso mejor lo dejo para otro día, porque al enfado de ayer, hoy se ha sumado una inmensa tristeza, ayer decía Ignacio Aguado que nosotros y nosotras decidimos ser virus o vacuna, y yo le digo a usted, que decide seguir siendo el bastón de una señora que no tiene ningún valor para estar en su puesto o desalojarla de una vez de la Puerta del Sol, porque todo y repito todo, lo que están haciendo es un despropósito, el mal trato a las personas que vivimos en esas zonas y a los sanitarios y sanitarias que están todo el día trabajando como bestias es algo flagrante.

En un rato os veo con una propuesta cinéfila que en casa nos encantó.

:) :) :) :) :)

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