En pleno ERTE, mi amiga Geni, que le gusta leer tanto como a mí, me hizo llegar el ebook de El consentimiento de Vanessa Springora. Me aviso que era desagradable y basado en hechos reales, y la verdad es que me sentí una mezcla entre repulsión, asco e indignación.
A finales del año pasado llegó a los cines la adaptación de la novela que yo pude ver hace unas semanas a través de Filmin, dejándome un revoltijo en el cuerpo enorme y con la sensación de que en nombre del consentimiento se callan o avalan actitudes, comportamientos y agresiones que son nauseabundas.
Como nos ha enseñado Giselle Pellicot, la vergüenza debe cambiar de bando, y tipejos reales como el protagonista de la película deben ser señalados.
"París, 1985. Vanessa tiene trece años cuando conoce a Gabriel Matzneff, un hombre muy inteligente y manipulador. El reconocido escritor de cincuenta años seduce a la joven. La adolescente se convierte en la amante y musa de un hombre celebrado por el mundo cultural y político. Perdiéndose en la relación, gradualmente comienza a darse cuenta que destructiva y anormal es la situación, hasta que finalmente ve a Gabriel Matzneff como el depredador que realmente es. Vanessa ahora tiene un largo viaje para liberarse de su influencia y sanar de su sufrimiento".
Y dejémonos de consentimientos, cuando una menor tiene relaciones con alguien mucho más mayor que ella, no hay consentimiento posible y todos aquellos y aquellas que lo saben solo son cómplices de un animal repugnante y pedófilo que encuentra en menores el poder para someterlas ya no solo a nivel físico, sino emocional, familiar, social, psicológico.
Una película que refleja a la perfección:
- El sometimiento.
- La coacción.
- El abuso.
- El maltrato que durante toda una vida ha tenido que vivir el personaje de la película por haberse fijado en un hombre más mayor que ella, y como la sociedad calla y consiente.
LO MEJOR DE LA PELÍCULA:
- La delicadeza, sutileza y cuidado con el que se trata el tema.
- No esconder sino insinuar y dejar ver situaciones y acciones tremendas.
- El abuso de poder y psicológico con una niña.
- El trabajo de los protagonistas, lejos de estereotipos y mostrando las fragilidades y maldad humana.
- Esa banda sonora que se te clava en el pecho en momentos de tensión y dolor.
Quizás para mí, se me hizo algo larga, pero la verdad es que me gustó ver en la pantalla la historia de ese libro que me hizo vomitar.
Y para finalizar me repito, cuando son menores uno de los y las integrantes de la pareja, no hay consentimiento posible.
Un beso rinconeros y rinconeras.
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