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miércoles, 1 de diciembre de 2021

El dolor y la asfixia hermosamente retratada a través de los ojos de Kristen Stewart: Spencer

Si alguna vez habéis visto alguna de las pelis de Pablo Larraín, sabréis de la elegancia, el dolor, los primeros hermosos planos y la angustia hermosamente retratada a través de su cámara. Por lo que en casa lo tuvimos claro cuando vimos que hace unos días se estrenó Spencer, la última de sus apuestas cinematográficas, en la que vuelve a poner en el centro de la trama a una mujer.

Spencer es un biopic de Lady Di que nos cuenta la historia de un fin de semana crucial a principios de los años 90, cuando la princesa Diana -de nombre Diana Frances- Spencer-, decidió que su matrimonio con el Príncipe Carlos no estaba funcionando, y que necesitaba desviarse de un camino que la había puesto en primera fila para algún día ser reina... El drama tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la Casa de Windsor en su finca de Sandringham en Norfolk, Inglaterra.

La friki que llevó dentro necesita resaltar ese primer plano fijo donde detrás de unos campos verdes ingleses se ven camiones militares, donde pensé ¿Me he equivocado de sala? Para nada, esos planos fijos directos a las caras, o los paisajes son los que más me enamoran, porque en ellos, podemos ver la claustrofobia que produce esos enormes campos donde Diana padeció -por lo menos en la ficción, porque no sabemos si esta basado en la realidad- tres días agónicos, crueles y terriblemente desagradables en compañía de la que se supone que era su familia.

LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE LA PELÍCULA:

- La asfixia, la falta de aire, la tortura psicológica y corporal que padece Diana.

- Kristen Stewart que te hace dudar de si estás viendo a la verdadera Diana, ese andar, esa inocencia, esa dulce sonrisa que esconde un tremendo dolor, esa madre que era su papel principal dentro de ese organigrama en donde la crueldad y la falta de empatía duele.

La auguró una temporada de nominaciones muy amplia, y quien sabe si terminará llevándose los grandes premios, porque el talento que muestra en este papel es espeluznante.



- Una banda sonora que te hace sentir esa cerrazón que está padeciendo esa mujer, que necesita gritar bien fuerte pero no puede. Que necesita salir corriendo y las piernas no le responden. Que necesita respirar y le cosen las cortinas, en definitiva, que necesitaba vivir.


- Esa cámara que se mueve muy lenta pero de pronto comienza a correr, a sudar y hacer que el corazón te lata fuerte cuando lo ves.

- Esa ambientación y dirección artística cuidada, pétrea, fría como ese frío palacio donde tienen que vivir la Navidad.

- La similitud y la sombra del personaje de Ana Bolena en el ambiente, que flota como una angustia pero termina siendo la llave de la libertad que desea y anhela.

- Las miradas fijas de Stewart, esa contención corporal y ganas de chillar.


- El trabajo del personal de maquillaje y peluquería que es sustancial, porque es fiel a la estética y vestuario que Diana llevó ya no esos días sino en otras ocasiones donde fue fotografiada.

- Por supuesto, no me quiero olvidar de haberla visto en versión original, no me la imaginó doblada, porque la esencia y la pureza de escuchar las voces reales acordes a los gestos corporales y de la cara fueron más impactantes que la propia historia, que para mí, la asemeje a una de esas escape room, donde sabes que debes salir, aunque a veces te cueste.

Admiró mucho el trabajo del director chileno Larraín, y como os decía al principio siempre poner en el centro de todo a las mujeres, con una perspectiva de género que se echa de menos en el cine.

No se si la habéis visto pero os la recomiendo, porque es una verdadera joya. Yo no mire el reloj en ningún momento, porque se me hizo terriblemente corta.

Y ahora sí que sí, rinconeros o rinconeras, os veo mañana con un estreno teatral :) :) :) :) :)



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