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miércoles, 16 de diciembre de 2020

Hoy en este rincón, Pamela Palenciano

Hoy comparto este post desde la alegría, la emoción, el respeto y porque no decir el cariño de cada una de las respuestas que me ha contestado Pamela Palenciano. Una mujer activista, una trabajadora incansable en la sensibilización y concienciación de la gravedad de las violencias machistas. Poniendo un énfasis muy fuerte en la adolescencia.

Pamela lleva más de 17 años en las piernas de km recorridos y espaldas que reciben muchos palos, trabajando desde muchos sitios:

- Charlas en institutos o diferentes espacios como asociaciones, centros culturales...                                

- Monólogo teatral: "No solo duelen los golpes".                                         

- Libro: "Si no duele, no es amor".                                                    

- Canal de Youtube.

- Cortometraje: "¿Amores tóxicos?"



Y todo este camino no lo ha recorrido ni lo recorre sola, porque como leeréis tiene muy buena gente acompañándola en este recorrido  sin la que ninguno de esos días y viajes hubiera sido posible.

Así que no me voy a liar mucho porque creo que lo realmente importante hoy, es poder leer las respuestas o entrevista como lo concebí en un primer momento.

Soy de las que piensa que es muy importante tener referentes, porque gracias a ellas muchas tomamos conciencia y hacemos un cambio profundo en nuestras vidas donde terminamos de abrir la puerta al pensamiento crítico y vivir nuestro feminismo con orgullo y decisión. En mi opinión, y en el de muchas mujeres y hombres que conozco eres un referente de activismo feminista, una mujer que está en primera línea dando la cara por muchas ¿Cómo lo llevas?

Si tu opinión y la de hombres y mujeres que conoces es que yo soy un referente en el activismo feminista, guau. En primer lugar, te lo agradezco, pero también me da un vértigo brutal porque lo llevo fatal, aunque antes no.

Te da mucha responsabilidad. Por un lado, lo vivo como que soy una persona de lo más normal y sencilla del mundo, hago mi trabajo y quiero que me dejen trabajar, no solo por la economía, que para mí es secundaria, porque es mi trabajo, sino porque para mí, es mi misión de vida. Me la atribuí a mí misma con 21 años cuando comencé terapia y dije: "Yo quiero seguir trabajando con adolescentes". Quiero contar mi historia, la qué a mí no me contaron y aquí estoy… si me dejan.

El haberme convertido en un referente, bueno no se hablaba tanto de este tema… yo vengo de una generación de chicas jóvenes que contó su historia públicamente, siempre teníamos el perfil de la maltratada mayor. Luego se fue haciendo más visible por Youtube, redes sociales, me fui a El Salvador y siempre que volvía entre meses me daba una vuelta por la "Península Histérica" y volvía a El Salvador. Esto quedaba lleno de casas okupa, asociaciones, porque lo hago y sigo haciendo cosas gratis a mansalva, para que me digan que lo que me importa es mi negocio.

Pero ahora mismo, recién premiada por el Ministerio de Igualdad, ya no llevo bien que me coloquen como referente. Lo agradezco, pero a veces la gente me coloca en un pedestal que yo no he pedido, poniendo palabras en mi boca que yo no he dicho, y esperan de mí muchas cosas. Y soy humana, vulnerable e incorrecta, no soy más que nadie, como si fuera un ser puro y, entiéndeme, como que tienes que saberlo todo a todas horas y hacerlo todo bien, perfecto, no equivocarte.

Soy consciente del trabajo de No solo duelen los golpes, porque lo he llevado yo, pero estoy acompañada por mucha gente, porque si no, esto no sería posible. 

Soy consciente de que me escriben a diarios muchas chicas, tengo las redes sociales a tope de mensajes como: “Deje a mi maltratador por ti”, soy consciente de eso, pero nunca comencé para ser famosa o referente. Yo quise estar aquí, por justicia, no solo hacia mi historia sino a la historia de todas, romper el silencio, pegar patadas a las puertas que nos han puesto siempre, no quedarme solo en lo que me paso sino cuestionar el sistema que permitió que esto me pasará. Dejando de culpar a mi padre, a mi madre, a los padres de Antonio, hablar del sistema que perpetúa y que responsabiliza que nos pasen estas cosas. Un sistema patriarcal, que casa con el capitalismo que genera esta desigualdad, que es horrible.

Ahora mismo este discurso es muy incómodo, mucha gente quisiera que yo sólo hablará de Antonio, de cosas y detalles que éste me hacía, porque el morbo vende mucho -y el discurso de la eterna víctima- entonces como yo no me quiero centrar ahí, pero no porque no me apetezca porque me puedo regodear en mi dolor y recordar, pero quiero transformarlo y aportar mi granito de arena. Que ya está bien de este sistema de mierda en el que vivimos.

¿Cómo gestionas el tema de los haters, esos seres que en mi opinión son acomplejados que ven peligrar sus privilegios?

Con los haters tengo callo ya, llevo tres años, camino de cuatro en enero enfrentando un acoso muy duro, de machirulos, fascistas, nazis… Machirulos que sus parejas los han dejado a raíz de mi monólogo y me odian. Pero ya tengo callo. Al principio sí, he pasado por momentos muy duros pensando en dejarlo, con miedo. Estoy en terapia desde que vine de El Salvador, voy por muchas cosas, pero tengo mucha ansiedad por tanta presión.

Aunque con ellos tengo callo y me espero cualquier ataque todos los días, porque es gente que me lo espero, transitando épocas muy duras de vivirlo muy mal, llegar a dejar mi teléfono para hablarlo con ellos. Una vez deje mi teléfono a un tío y nos pusimos a discutir. Pero creo que he mejorado mucho en eso, en cuidarme de los haters, que, por supuesto están cagados de perder sus privilegios. Yo lo que no llevo bien son las compañeras haters, que tienen rostros en sus perfiles, que no son haters detrás de un dibujo, sino que son mujeres que yo conozco, y los mensajes que me mandan, lo llevo fatal. Tratar de dialogar y que me hablen de egos y de muchas cosas feas que me dicen.

Como te decía tengo callo, pero ha sido difícil, ha habido momentos de trabajar por ejemplo, en Cataluña haciendo el monólogo en una gira de varios días con policías vestidos de paisanos en la puerta porque el Ayuntamiento no quería jugarse que me pasara algo, y que ellos no pudieran hacer nada. Cataluña además es una Comunidad Autónoma que ha vivido muchas historias y preferían curarse en salud, que no me pasará nada o que me hicieran un escrache y no tener la policía cerca, hombre me parece un poquito fuerte. Esas experiencias tan al límite son las que me han hecho callo.

Hace unos meses fuimos tristes testigos de cómo la Asamblea de Madrid te vetó la entrada para poder hacer tu monólogo, No solo duelen los golpes dentro de ella y representaste una pequeña parte en un banco frente a ella ¿Por qué crees que hay tanto miedo a tu monólogo? Yo, particularmente pude verlo durante el confinamiento junto con mi chico y cuando terminó, éste me miró y me dijo “no entiendo las críticas, las hacen personas que, o no lo han visto o se ven reflejados en ese maltratador”.

Yo creo que mi monólogo da miedo porque no solo estoy hablando de Antonio y en la parte que yo viví. Les molesta porque mi mirada es un feminismo antirracista, anticapitalista, antisistema, no es un feminismo cómodo, no es solo hablar de lo que me pasó y pedir políticas igualitarias, buscando la equidad entre hombres y mujeres. No, yo estoy hablando de romper el sistema, echarlo abajo, entonces claro, es peligroso.

No solo apunto a que los hombres pierdan privilegios por ser hombres, estoy apuntando a que perdamos muchos privilegios, yo la primera: de la clase social, del color de la piel, de la edad… Muchas cosas que nos dan privilegios en esta vida, entonces es incómodo, es temeroso porque es un discurso que cala muy bien, que ha conseguido abrir los ojos a mucha gente, entonces se cagan de que yo llegué más lejos. 

Netflix me llamo hace tres años para hacer el monólogo en documental. Grabarlo como el de Nanette, pero creo que verían que era un monólogo muy antisistema –y eso que el de Nanette también lo es- pero con un punto más ácido en las palabras contra el sistema, y creo que eso no quieren que sea masivo para nada.

Y el veto que tú me nombras en la pregunta, fue un veto político. Yo me di cuenta que era un juego político, que se sabía de antes que me iban a vetar y que no me iban a dejar entrar. Yo me lo esperaba, no me sorprendió tanto, me dio cosa porque el grupo de Unidas Podemos me apoyo. Por eso se hizo lo que se hizo, no por mí, sino por lo simbólico, de qué si nos vetan, ahí vamos a estar.

En Twitter te he leído mostrar tu hartazgo sobre los vetos que estás teniendo para poder llevar tu monólogo a espacios ¿Está siendo algo tan evidente, como “oye aquí no puedes venir por qué no nos dejan"?

Tengo mucha información de sitios donde me están vetando que no puedo darla públicamente, porque también pongo en riesgo a muchas compañeras y sus puestos de trabajo.

De ayuntamientos que tal cual me dicen “oye que no puedes venir, yo te he propuesto, pero me han dicho que no”. Incluso compañeras del movimiento, ya sean del Psoe, Unidas Podemos, IU, algunas tienen miedo a que las familias se les echen encima. Tratan de evitar polémicas, porque como Vox me ha hecho tan polémica en sus redes, por el tema del PIN parental y demás, hay gente que prefiere evitarlas. De hecho, hay institutos que tenemos una gran alianza y que me dicen: "Si dejaras de hablar de política y no nombrarás a ese partido te traeríamos".

A finales del año pasado en una Comunidad Autónoma me prohibieron decir Vox, me lo pidieron en una carta por escrito. Y ahí fue donde metí la palabra Fox por el otro nombre, porque pensé: "Y una mierda", yo no voy a dejar de decirle a los adolescentes que ya están adoctrinándose y admirando a ese partido con una ideología que les está calando, que hay gente que me amenaza de muerte. El monólogo en sí, es político, no es política de partidos, es político el discurso feminista.

Es un rollo, algún día me encantaría escribirlo en mis memorias y no sólo entre bambalinas contar lo que implica estar vetada por tus compañeras, que también están dejando de contar conmigo en muchas cosas como por ejemplo, del 25N que yo he visto que se han hecho cosas y otros años he ido a esos sitios y no ha sido por el Covid. Así que realmente ya estoy vetada por completo de la parte más institucional conocida. Por supuesto que sigo teniendo apoyo de otro montón de gente, pero ha sido duro darse cuenta que hay compañeras que te pueden vetar. De la ultraderecha te lo esperas, de las compañeras no.

Hace 15 años que comenzaste este viaje donde a través de tu experiencia tratas de concienciar y ayudar a los jóvenes y no tan jóvenes sobre los peligros de esas relaciones tóxicas que derivan en violencia de género. ¿Qué le dirías a aquella Pamela de hace 15 años con todo el camino que lleva recorrido?

Lo primero es decirte que estoy en contra de la palabra tóxica, si puedo dejar un legado antes de retirarme –si es que me retiró, que espero no retirarme nunca- es que no estoy de acuerdo con la palabra tóxica. Una palabra que se está utilizando para hacer eufemismo y blanquear la violencia, ponerla de una manera más sutil. Pero no, es violencia machista, violencia.

Comencé con 21 cuando empecé terapia y ya empecé con No solo duelen los golpes, es verdad que con las aulas me metí a los 23 años. Durante esos 2 años estuve con la exposición de fotos, hice algunas cosas en aula, pero ya combinaba trabajar talleres de No solo duelen los golpes con mi trabajo en Radio Vallecas, y ya tenía 23 años.

Empecé con la misma energía que tengo ahora, he evolucionado mucho y he cambiado mucho, y estoy agradecida. El 90% de mi transformación y no digo el 100% por no exagerar aunque es así, se debe al haber vivido en El Salvador. Empecé con esa energía que tengo ahora que es la rabia, ahora la canalizó a través del teatro, antes era más taller y era más joven en el sentido de mi cuerpo para soportar vivir día tras día mi historia y llevarme a casa puesta toda esa energía fuera. Ahora el teatro me ayuda a entrar y salir de esos recuerdos y me cuido más.

La rabia es la misma, al principio era una rabia donde me preguntaba ¿Por qué me han hecho esto? Y ahora la rabia es contra el sistema de porque lo sigue permitiendo ¿Por qué? Me sigue dando mucha rabia este sistema.

Si volvieras atrás me diría a mí misma que me hubiera cuidado mucho más, me habría distanciado de gente que me hizo mucho daño. Haberme cuidado más el cuerpo de momentos muy duros como llegar a escupir sangre de hacer tres talleres seguidos y desgatillarme por completo. Y pienso ¿Cómo hice todo eso? Pero soy de las que no rectifica el pasado, ha sido mi aprendizaje: "Soy la que soy por lo que he vivido".

¿Cómo es recibido tu monólogo en los diferentes espacios donde lo llevas?

Como depende del espacio, depende de la gente, como también depende de la ciudad, del pueblo, del país… Me voy encontrando diferentes sentidos cuando la gente paga por ver el monólogo cuando van al Teatro del Barrio a cuando es algo que llegan de otra forma a el. Por ponerte un ejemplo: hace poco en un pueblo catalán, mucha gente iba al teatro por hacer algo diferente y no sabía lo que se iba a encontrar, por lo que las reacciones son completamente diferentes.

Casi siempre la reacción es distinta entre chicos y chicas. Evidentemente en mujeres heterosexuales o no binarias como transexuales tiene una identificación en empatía muy fuerte que se consigue el efecto de estar ahí y empatizar mucho. Y los chicos, bueno, los homosexuales, bisexuales pueden tener más empatía. Pero el hetero, hetero, al machirulo le cuesta recibirme, se incomoda más. Si son adolescentes y están en el aula se ponen más pijilgueros, digamos a molestar un poquito más porque no les mola que les cuestionen los privilegios.

¿Te acuerdas de alguna frase o mensaje que te hayan dicho cuando hayas terminado la representación y hayas pensado, “Ha merecido la pena”?

Es difícil en tantos años habiendo recibido tantas frases preciosas como he recibido, de poder decir merece la pena todos los ataques que esté trabajo conlleva. Que se ve algo bonito, pero en realidad –que lo es, porque yo estoy feliz- tiene una parte difícil y dura que poco se cuenta y que no cuento para que no me digan que voy de víctima –ahora contar tus vulnerabilidades significa que vas de víctima, que fuerte-.

La frase más fuerte que me han dicho hace poco menos de un año fue en una cárcel de maltratadores y agresores sexuales en Cataluña. Un hombre latinoamericano y digo esto último porque creo que es importante decirlo porque les cuesta menos reconocer sus privilegios. Y lo siento mucho porque a muchos hombres blancos les molesta que diga esto, pero es así, vienen de una cultura que está por debajo de, y entonces, cuando se reconocen llegan más rápido a reconocerse como machistas. Este tipo me dijo llorando “Ahora sé porque la maté, no porque estaba borracho, que lo estaba, sino porque soy un machista de mierda”. Y estaba llorando a mares, yo pensé que era por el tema de la colonización porque al final del monólogo como se habla del tema pensé: "Se habrá emocionado el hombre" porque es una parte muy fuerte que una persona blanca diga eso, pero que va, era por lo otro.

Y sí hay muchísimas más frases, muy potentes, otro chico que un día me dijo “Voy a dejar a mi novia porque soy un maltratador, la he hecho mucho daño y es imperdonable. Si un día cambio profundamente y podemos volver genial, pero me he pasado”.

Libro (por cierto, duro, pero muy muy necesario de leer), monólogo teatral, talleres online ¿Qué es lo que nos puedes seguir enseñando?

Yo quiero compartir saberes, no sé si enseño. Yo quiero seguir compartiendo saberes porque sigo aprendiendo de otras muchas. Quisiera formarme más en pedagogía teatral con mi director Dário Valtancoli, para enseñar teatro a adolescentes, o sea quiero enseñar teatro a personas adultas, pero me quiero enfocar mucho más en la adolescencia. Creo que el teatro es una herramienta muy buena donde las criaturas pueden canalizar mucho dolor y mucha rabia que se vive en la adolescencia y muchas violencias. Podría ser algo muy bonito. Yo sueño con tener un espacio donde la juventud cree obras de teatro, cortas o largas entre grupos, monólogos donde cuenten sus historias. Yo, sueño con eso, como está el mundo y como está ahora mismo la lucha feminista, sueño con luchar desde ahí. 

A mí me inspira mucho mi cuñada, Ely Larreynaga, trabaja en El Salvador en un espacio en el centro de San Salvador en la nave Cinemetro, que va a ser una fuente de cultura hacia el pueblo, siendo accesible para éste, que tanta falta le hace. Acceder a la cultura y, disfrutarla e incluso hacerse protagonistas desde ahí. Me inspiran mucho proyectos así, que quieren trabajar desde la raíz del cambio, y creo que el teatro es una herramienta maravillosa.

Los entornos jóvenes nos sorprenden, para bien con cada vez más gente concienciada sobre la lacra de la violencia de género en nuestra sociedad, pero también encontramos sectores donde la violencia es una constante ¿Cómo es educar a unos hijos con unos valores y que luego se encuentren otras realidades?

Es mi gerundio diario, cómo educar, cómo tener a mis criaturas dándole una información pero que siguen estando en el sistema que les contradice todo lo que en casa puedan ver de libertad, de apertura, de cuestionamiento, de crítica al sistema que los quiere adoctrinar a un pensamiento único. Es un aprender errando, equivocándonos, cambiando un poco la dinámica, pero no es fácil.

Es una constante, incluso cuando hago el monólogo con adolescentes que no son mis hijos, digo: "Estoy enseñando esto, bien y ¿Qué más? ¿Y luego el sistema qué?" Creo que esas semillitas van a germinar cuando tengan que hacerlo, y el no hacerlo, sería una incoherencia, intentar transmitirles lo mejor que podamos tanto su padre como yo a nuestras criaturas.

Cuando voy con adolescentes a institutos, poder trasladarles lo mejor que pueda, aun sabiendo que se van a encontrar mucha resistencia en el sistema.

Es un gerundio constante, no hay una única manera, pero creo que como me enseño mi amiga Celia Garrido: "La confianza, en el que las criaturas puedan confiar en ti y en relación a otras personas es vital para que puedan hacer las cosas de otra manera distinta".

Hace unos días comentándole a una amiga esta oportunidad de poder hacerte unas preguntas (una amiga que ha visto tu monólogo unas 10 veces y que es una firme seguidora y defensora tuya y de tu trabajo), me pidió si podía exponerte una situación a ver que la podrías comentar. Trabaja en un instituto del norte de Madrid público, siendo la ideología mayoritaria por parte de las familias muy radical de derechas, estando los menores muy adoctrinados en temas como la violencia machista, desde tu punto de vista ¿Cómo se podría dar a entender al centro educativo la necesidad de realizar diferentes formaciones tales como la violencia machista o un trabajo entorno a la sexualidad… defendiéndolo en contra de las posturas de la gran mayoría de las familias?

Cómo poder hacer cintura cuando las familias son de derechas, cuando no nos dejan trabajar en las aulas… Bueno disfrazando las cosas (risas). Volver de nuevo a la lucha más revolucionaria de la clandestinidad. Decirles que van a ver otras cosas. No decirles realmente lo que van a ver. Implica hacer mucha cintura, porque seguramente yendo de frente la van a decir que no, echándose las familias encima.

Y entiéndeme disfrazar entre comillas como “Bueno es un taller para tener relaciones más sanas, un taller para conocer su cuerpo, un taller que complemente biología”. Disfrazar y no decir realmente quien va a ir a dar la formación en el aula. También entiendo el miedo a que se le eche la gente encima. De hecho, yo he dejado de trabajar en varios institutos de la Sierra de Madrid por no buscar problemas a las profesionales que allí trabajan. Por lo que yo la entiendo, no debe ser fácil lidiar todos los días con las familias, pero también, el no hacerlo siento que es una derrota. Si fuera la profe o la jefa de estudios, buscaría la manera de disfrazar y al final meter formación que yo considero que a las criaturas les va a venir bien, y en nada se asemeja al adoctrinamiento. Buscar las maneras desde el humor, incluso utilizar las mismas estrategias que usan con nosotras, con eufemismos.

No debe ser nada fácil pero no hacerlo es un error tal y como están las cosas.

Ir de frente cuando la gente es tan radicalmente de derechas no ayuda ni funciona, porque te encuentras puertas y muros muy altos.

¿Qué me dirías del movimiento feminista español en la actualidad?

Me has tocado en la clave de lo que llevo intentando más de dos semanas, estoy muy cansada, tratando de dialogar con compañeras tanto por Whatsapp como por Twitter, les doy mi teléfono para que dejen de decir mierdas de mí y de otras mujeres en esa red social. Y como dice Ana Bernal: "Creo que el feminismo actual se está rompiendo". Nos estamos dejando dividir, estando en muy momento muy muy crítico en este país.

Otras compañeras de Latinoamérica me dicen “Cómo estáis en España”. Estamos dejando que los caballos de Troya entren, hay grandes confusiones en unos términos, mucha manipulación y cerrazón también frente a varios temas y se nos está olvidando lo importante, lo urgente que es prevenir las violencias machistas en el aula, apoyar a las mujeres que les están robando a sus criaturas con el tema del SAP, con el tema de los abusos sexuales infantiles intrafamiliares. No se están haciendo caso a estos temas que son tan urgentes y necesarios, con una violencia machista que ha incrementado en el confinamiento. Hay miles de mujeres en este país, y nos estamos perdiendo, como dice una amiga mía: "En hablar del sexo de los ángeles" en muchas cosas, perdiéndonos en palabras o conceptos para demostrar quién sabe más. Y está, habiendo mucha violencia entre nosotras, ya no es solo diferencia de posturas sino violencia, y es horrible.

Siento que, en este momento de crisis, como en todas las crisis, las relaciones pueden salir más reforzadas que es lo que yo sueño, pero de un momento de crisis transitoria. Y que luego podamos crecer. No perdernos en pelear porque la ultraderecha está feliz, dejándonos de atacar porque ven que nos atacamos entre nosotras. Nos hace falta mucho el cuidado, decirnos las cosas con más cariño.

Siempre digo en voz alta que el feminismo es uno de los pocos por no decir el único movimiento que no ha matado a nadie. Por lo que feminismo y sus movimientos como asignatura en las aulas ¿sí o no?

Como dices el feminismo o los feminismos jamás han matado nunca a nadie, y si acaso matamos, es del susto (risas), porque es un movimiento que cuestiona absolutamente todo, entonces no nos dejan trabajar en el aula. Pero una asignatura transversal de buenos tratos, de buenas relaciones, para no llamarlo feminismo por no echar para atrás a nadie, sería el reto, que fuera transversal en el aula.

Yo confió en que sin decir la palabra feminismo -lamentablemente porque estamos en un momento que ir de frente no funciona- hay que buscar otras estrategias para estar dentro del aula, porque es fundamental, vital y urgente. Nos debemos poner las pilas en estar más juntas, más fuertes, más unidas, porque nos queda mucho por hacer y yo quiero confiar en que la crisis que tenemos en el movimiento, nos centremos en lo importante que va a ser meternos en el aula, aunque ya estuviéramos, pero debemos volver.

¿Qué debemos aprender del activismo feminista latinoamericano?

El feminismo latinoamericano es tan diverso como origen tiene cada país. El feminismo colombiano tiene cosas diferentes que el guatemalteco. Yo lo que descubrí y voy a hablar del feminismo salvadoreño porque no puedo hablar de todos y un poco del argentino. Aprendí que cada mirada es Latinoamérica. Pensar que Latinoamérica incluyendo a México hasta la Patagonia es igual, y no, es muy diferente

Yo pensaba que había una mirada única –la construcción de la mirada única, del discurso único- pero me di cuenta que Centro América es de lo más olvidado. Incluso vivir en el lado de Argentina al lado de El Salvador es un puñetero privilegio. La distancia es brutal.

Yo aprendí que el feminismo salvadoreño en el que encontré muchas partes del feminismo colonizado, también por las ONG españolas, europeas y gringas, en proyectos hechos desde la mirada europea, que no serían los adecuados, deberíamos aprender a dejar de colonizar nosotras primero. Y luego de la autonomía propia como feminismo salvadoreño, donde conocí el feminismo autónomo, deberíamos aprender el tema de la corporalidad. 

No es casual lo que ha pasado con las chicas de Chile que se ha hecho tan viral y grandes porque ocupan mucho el cuerpo. En general en Latinoamérica, el cuerpo está presente todo el tiempo y sus discursos en la defensa de los territorios, en la conexión con la Pachamama, diría los feminismos comunitarios, que es un feminismo además que nació allá y, además se distancia mucho del feminismo europeo, que es un feminismo más teórico y de cabeza donde se pone más énfasis en “Léete, léete, léete”, y allí es más “Escucha-aprende, escucha-aprende”. Esto no quita que no haya que leer, por supuesto y que hay teóricas latinoamericanas maravillosas, pero hay esa parte fundamental de “Compañeras, escuchemos y aprendamos”, no tanto como leamos. 

Y que creo que es ahí, donde yo giré y conocí el feminismo interseccional, el feminismo comunitario, y a mí, me dio una vuelta como de las ferias que te da la vuelta boca abajo, sentí un vuelco y pensé “De verdad como me he perdido esto desde que entré al feminismo”. Sí esto es una maravilla, esa conexión con el cuerpo, con las ancestras, con ver tu linaje que eso sí que te influye en la vida y claro eso tiene que ver con revisar muchos traumas del pasado, y claro son feminismos más incómodos.

Libro que toda mujer deberíamos poner en nuestras manos, además de Si duele, no es amor

El feminismo es para todo el mundo de Bell Hooks.

Ahí te das cuenta que el feminismo es para todo el mundo, no sólo para las mujeres, una manera de estar en el mundo, de sentir, de actuar, de mirar, de colocarte, de posicionarte y de sentir que te da vida, ese tipo de feminismo que plantea Bell Hooks. Habla mucho de feminismo negro, de feminismo interseccional. A mí, me cambio la vida, de hecho, me lo voy a volver a leer estas Navidades.

Película que toda mujer deberíamos ver

La vida de Antonia, Antonia´s line, es un peliculón de fuerza brutal que deberíamos ver todas las mujeres.

Dime dos o más motivos para ir a ver "No solo duelen los golpes"

No sé qué motivos puedo darte para ir a ver No solo duelen los golpes, porque como está tan criticado y tan vetado, que le tengo que ver como madre para proteger a mi criatura porque lo están tratando muy mal. Cuando dicen cosas de mí, en realidad están hablando del monólogo y me lo están haciendo trizas, y me duele como no te haces idea. Además, siento que esto es una estrategia para quemarme y que me retire del medio y que venga otra a contar su historia. Creo que cada vez lo estoy teniendo más claro, van pasando los días, se acerca la Navidad y más lo veo, para que diga “Compañeras, me retiro”.

Yo creo que hace un año te hubiera dicho y no ahora, que el motivo para ir a verlo sería para removerte e incomodarte. Aunque quizás diría más incomodarte y sanar. Incomodarte con el monólogo porque la sociedad solo se transforma cuando nos incomodamos, estamos muy agustito con nuestro discurso y nuestra manera de estar y no nos transformamos. Y, creo que el monólogo también tiene ese punto de sanación, y que se puede trasladar no solo a lo que he sanado yo, sino que al contar la historia la puedes escuchar y puede sanar una parte de ti.

En este momento estamos acudiendo a la polémica de diferentes colectivos feministas sobre la nueva ley de identidad ¿Qué opinas sobre esta polémica y la nueva ley?

Me da miedo hablar, te lo juro. Primero, te diría que el texto todavía no está terminado. Luego, yo revisaría muchas cosas y me sentaría con todo el mundo a hablar a la hora de trabajar esta ley. Yo esto se lo pediría mucho al Ministerio de Igualdad y al Estado, que se tiene que sentar a hablar con mucha gente. Lo que creo es que estamos en gerundio todo el tiempo, la vida y el tiempo de ésta es gerundio, no es un tiempo estático. Además se están haciendo políticas de casos concretos, como cuando se intenta hacer política desde la derecha con las denuncias falsas, pues igual estoy viendo aquí.  Por ejemplo, que haya algún caso de una mujer u hombre trans que se hormono muy joven y se haya arrepentido después de 20 años, pues se quiere hacer política de eso. No hay que legislar de esa manera, creo que legislar para la diversidad es más complejo, difícil y están intentando que sea lo menor posible. O sea, legislar para el pensamiento único es fácil, pero cuando tienes que legislar pensando en las diferentes comunidades (Andalucía, Madrid, Extremadura…), es como “Quita, quita” y noto que no se quiere legislar para la diversidad. Hay una parte muy fastidiosa para estos debates -aunque yo no los veo- veo un Estado de violencia terrorífico en nuestra manera de hablarlo y esto lo traslado no solo porque en Twitter se vea claramente la violencia que se está ejerciendo, es que esto pasa entre cañas y es horrible.

Yo no veo debate, hace tiempo que éste se perdió. Y cuando tienes un debate lo que montas son congresos y seminarios para hacer basura, una parte que quiere proponer cosas nuevas y tú, te montas tu congreso y tu seminario para fastidiar al resto, pues claro así ¿Qué debate estás proponiendo? Ir por detrás, hablando muy mal de la gente…

Yo tengo un posicionamiento muy claro y es que para mí, una mujer transexual o transgénero no es un hombre disfrazado y estoy hasta las narices de que me digan que son hombres disfrazados o que me digan que por la ciencia van a ser siempre varones y nunca mujeres, se operen o no, se hormonen o no. Además estoy harta porque todo este rollo es solo con las mujeres trans, porque con los hombres trans no tienen ningún problema porque como nacieron con vagina, siempre serán pobrecitas porque nacieron con vagina. Entonces con los hombres trans no hay problema, además lo que hacen los hombres trans es subir de categoría, irse al lado del que gobierna el mundo, la masculinidad -ya sea hegemónica o una masculinidad diferente- pero ahí mola, y la verdad es que estoy harta. Y luego, por otro lado, estoy harta de la academia Queer y su borrado o intención de borrado de persona gestante o menstruante. No cariño, no, a mí, no me llames persona gestante y menstruante, somos mujeres cis y hombres trans las que menstruamos, las que gestamos y parimos. ¿Qué es más largo de decir? Pues muy bien, no pasa nada se dice, porque la persona no binaria y fluida pueden incluirse, tanto en la categoría de mujer cis como en la de hombre trans, en algún momento, aunque no se sientan porque tú puedes ser mujer cis no binaria u hombre trans no binario, entonces no me lo reduzcas a persona, que nos ha costado mucho nombrarnos.

Además, las peleas entre ellas que tienen, de sus luchas de poderes, que me parece que lo que están haciendo es muy patriarcal. Siempre hemos criticado tanto la manera de negociación y de acuerdo y de hablar entre los hombres, para que ahora entre nosotras hagamos exactamente lo mismo.

Recientemente ha sido el Día Internacional de la Violencia contra la mujer (25N), no sé cuál es tu sensación, pero siento como cada vez recibimos más empujones para dar pasos atrás en los derechos hacia las mujeres, además sin esconderse ni pudor ¿Por qué debemos seguir reivindicando? ¿Por qué debemos seguir ocupando las calles y que nuestras voces sean oídas?

El 25 de noviembre y todos los días tenemos que centrarnos ya, se nos está yendo la cabeza (voz muy entrecortada y emoción) con este tema trans y estamos dejando de lado lo importante y lo urgente que es prevenir la violencia machista con jóvenes desde ya.

Centrémonos ahí, que nos están sacando del aula. La ultraderecha y muchas compañeras feministas a mí, me están sacando del aula y el Covid es una excusa. Estamos perdiendo la reivindicación. Si estábamos todas de acuerdo con este tema contra las violencias machistas, bueno pues este año hasta en este tema hemos encontrado divisiones. Por ejemplo, decía una profesora qué, “Porque hablar de violencias machistas cuando solo hay una que solo hay una violencia machista”, es decir que hasta en eso. Estamos en esos niveles y es horrible ¿No?

Tiene que ser el 25N todos los días porque las mujeres se están echando cada día más para atrás y entonces reivindicar; trabajar con adolescentes cuanto antes; trabajar que el feminismo sea una asignatura transversal no desde el dogmatismo, sino desde la apertura, para hacer un mundo mejor; y reivindicar que se trabaje ya de una vez con los maltratadores, poder trabajar con ellos desde pequeños a través de programas. Y esto es urgente como el comer. Porque nosotras nos seguimos empoderando, creciendo porque otra manera de amar es posible, pero ellos, siguen adoctrinados por el sistema machirulo, patriarcal con roles muy marcados como el macho alfa, sobre todo ahora. Yo tengo mucho miedo, estoy asustada ¿Hacia dónde vamos? Llevo 17 años en esto y he visto tantos avances y ahora veo tanto retroceso que me asusta mucho.

Para finalizar dime algo que te gustaría compartir con la gente que lea este post.

Si alguna compañera del movimiento feminista que ya me está dejando de apoyar –aunque no creo que lo lea, pero por si le apetece- les propongo o les proponemos mucha gente que estamos en la apertura hacia el diálogo, que por favor busquemos espacios para hablar, y dejemos de hacer las cosas tan patriarcales como es tirarnos basura entre nosotras públicamente y por detrás de una manera tan horrible.

Este sería mi deseo para el 2021, me gustaría que hubiera algún espacio no sé si semanal o mensual en algún sitio donde se juntaran muchas mujeres que no pensamos lo mismo, para buscar espacios de diálogo, me encantaría


Han sido unas semanas de muchos nervios porque la mujer insegura que siempre habita en mi, me cuestionaba las preguntas o, que pensaría Pamela al leerlas. Pero a medida que iba llegando las respuestas con su voz, sus entonaciones, sus enfados, sus emociones, sus risas... Eche a esa mujer insegura y os puedo decir que he disfrutado muchísimo cada segundo que lleva al día de hoy, donde deseo que hayáis leído cada respuesta, y que veamos a esta mujer, como lo que es, una trabajadora, que a través de su rabia trata de concienciar y prevenir esas violencias que tanto dolor causa y se pregunta ¿Por qué? ¿Por qué el Estado las consiente?. Y mujeres como ella y muchas otras se merecen nuestro respeto y porque no decirlo agradecimiento. Agradecimiento porque son muchas las que salen a lo público y las cosas que se encuentran allí no son alfombras rojas, sino patadas dolorosas de gente esperable, sí, pero de otras que duelen, duelen mucho.

Aunque se lo he dicho de forma privada unas 5.000 veces, muchas gracias Pamela por la facilidad, por la sinceridad, por esos ratos que me has hecho pasar donde te repito he disfrutado, aprendido y cuestionado en todo momento. Porque en eso consiste la vida, en cuestionar. 

Pero también un gracias enorme a Elizabeth porque de esas casualidades de la vida -quizás no se, algún día os lo cuente- yo aproveché la oportunidad para proponer estas preguntas, y el sí de Elizabeth fue inmediato. Muchísimas gracias. 

No creo que sepáis lo que significó ese sí para mí, lo que significa el tener sentada a Pamela. La vida te sorprende y te muestra gente con luces muy bonitas que a los días más grises como el de hoy, le sacan  felicidad.

Deseo que hayáis disfrutado de cada una de las respuestas como yo, y por favor compartirla.

Me quiero despedir de vosotros y vosotras haciendo mías con su permiso, las palabras de Pamela, ojala un espacio donde nos pudiéramos juntar las mujeres que pensamos de forma distinta -porque así somos las personas únicas y con ideas diversas- para encontrar puntos de encuentro. Lo vital es prevenir la violencias machistas, todo lo demás es ruido que no nos deja oír lo que viene.
Por cierto Pamela mucha fuerza y ánimo todo va a salir bien!!!


No quiero olvidarme de mi amiga, que cuando lea esto va a saber que es para ella. Gracias porque hace años me contaste el trabajo de Pamela y por tu amistad, te quiero mucho.

:) :) :) :) :)




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