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lunes, 21 de diciembre de 2020

El ladrillo, los aplausos y el fin de semana de la vergüenza

Debo reconocer antes de comenzar a escribir este post, que siento respeto y porque no llamarlo miedo, dado todo lo sucedido durante todo este fin de semana desde que el viernes la ministra de Igualdad Irene Montero acudió a la gala de entrega de premios de Cogam, donde se hizo entrega del premio el ladrillo rosa como la transfoba de año a la escritora Lucía Etxebarria.

Todo lo que ha ido viniendo después de ese acto en mi opinión son aprovechamientos de una parte muy machirula del conflicto y una forma muy patriarcal de defender a la Ministra a través de unas críticas incalificables e injustificables.

Antes de comenzar a escribir me gustaría deciros que si sois de los y las que machacáis a la ministra por temas personales, no sigáis leyendo, porque este no es vuestro rincón. Siento mucha pena y enfado como votante de Unidas Podemos -algo que jamás he escondido ni en mi vida privada ni en este blog- de las palabras en forma de tweet que han sido lanzadas desde redes sociales de hombres y mujeres del partido o afines a él, olvidando que eso de que no hay mejor defensa que un buen ataque, no está justificado. Y eso que no pongo en duda que mostrar el desacuerdo de lo que ocurrió el viernes es utilizado de forma torticera por esos machirulos, trolls de la extrema derecha que deben estar frotándose las manos ante un fin de semana vergonzoso.

Mis padres me han enseñado a que se puede diferir de otras opiniones y dar la tuya sin miedo mientras prevalezca el respeto y la educación, por eso mismo espero que este post quien lo lea, lo reciba de igual forma.

Me voy a remitir a los hechos, el pasado viernes 18 de diciembre, la ministra de igualdad, Irene Montero acudió a la entrega de premios de la organización COGAM, a la que aunque difiero en muchos temas, jamás dejaré de alabar todo el trabajo pedagógico que realiza a nivel estatal, proporcionando un apoyo importantísimo en las aulas a menores LGTBI y en otros muchos campos. El viernes decidieron darle el premio de el ladrillo rosa a la escritora Lucía Etxebarria como la transfoba del año, por sus manifestaciones contrarias a la nueva ley que se está redactando en el Ministerio de identidad sexual.

Y delegando unas líneas el tema del ladrillo y la nueva ley, me preguntó ¿No ha habido este año agresiones, persecuciones y palabras nauseabundas por parte de sectores que no respetan para nada los derechos LGTBI para "premiar" con un ladrillo a Lucía Etxebarria?

¿Desde cuándo mostrarse en desacuerdo con una ley convierte a las personas en transfobas?

Tampoco os voy a engañar hay palabras que puede decir Lucía las cuáles no puedo estar de acuerdo, pero de ahí a denominarla algo tan feo y que para mi es hasta delictivo, va un paso muy muy ancho.

Otro tema es el ladrillo, que he leído que muchas personas dicen que es algo simbólico, pero perdón, un ladrillo es síntoma de tapiar algo, es decir, esconderlo o silenciarlo, por lo que el premio creo que es una auténtica vergüenza. Lucía desde hace tiempo sufre un acoso ya no solo a través de redes sociales sino en su día a día, por lo que este premio es una piedra más a todos esos y por desgracia esas acosadoras que no la dejan vivir su día a día como el del resto.

¿Qué pinta Irene Montero aquí en esta polémica?

Desde mi opinión, una Ministra de Igualdad no puede aplaudir y reír un premio de este tipo a otra mujer, porque y me repito un ladrillo es algo muy simbólico, que desde mi erróneo o no, punto de vista implica violencia. En este caso verbal, hacia la persona premiada pero también un señalamiento que desde el Ministerio de todas las mujeres no debería ser aplaudido ni jaleado.

Desde que se hizo público este premio y el amparo de éste por parte de la Ministra, las redes como se dice "han ardido", con personas que han ido mostrando su total desacuerdo a esta actitud de la Ministra de Igualdad. ¿Y la ministra a lunes que ha dicho al respecto? Nada, silencio.

Un silencio que considero cómplice de críticas injustificadas que se han hecho desde círculos de su partido, comparando estas críticas con la persecución que sufre el feminismo, o comparando estas críticas con los asesinos de García Lorca, y estas son palabras que personalmente me han ofendido.

No dudo que en estos días se han podido escribir cosas muy feas sobre Irene Montero las cuáles ni aliento ni justificó porque me parecen asquerosas, pero el dar una opinión contraria a una ley que no cuenta con todo el consenso que debiera ni está contando con las opiniones y trabajos de todos los colectivos feministas que llevan décadas dejándose partir la cara porque existiera un Ministerio de Igualdad, me parece una suciedad enorme, que por desgracia pagan las mujeres.

Es decir, que yo, por parte de esta gente como Beatriz Gimeno (directora del Instituto de la Mujer), Juan Carlos Monedero, Yolanda Díaz (Ministra de trabajo), Noelia Vera... por mostrarme contraria a una ley que quiere hacer desaparecer el género, soy una tránsfoba. ¿Alguien por favor me lo puede explicar? Porque de verás no lo entiendo.

Se está legislando desde un punto de vista que muchas no entendemos y creo que estamos en nuestro derecho desde la educación y el respeto, de manifestarlo. 

¿Por qué no se escuchan o menosprecian las voces contrarias a esta ley? ¿Por qué?

No quiero profundizar mucho en el tema de la ley de identidad sexual porque me queda mucho por leer y de opiniones contrarias a la mía, pero me hago una pregunta que quiero compartir con vosotras y vosotros ¿Si desaparece el género que sentido tiene una ley de violencia de género, si éste ya no existe por ley?

¿Si desaparece el género, qué sentido tiene seguir trabajando para la erradicación de las violencias contra las mujeres?

No puedo entender que se trabajé por la igualdad pero la forma de defender a una mujer sea tan patriarcal. No puedo entender el silencio de Irene Montero, tratando de dejarla como una víctima. Perdóname Irene, desde el absoluto respeto te digo, que eres una mujer adulta, responsable de tus actos y palabras, la igual que yo, y esconderte detrás de gente que flaco favor te está haciendo es un error muy grande, un error que el Ministerio de Igualdad y tú a la cabeza no os podéis permitir. Porque si se trabaja por la igualdad, lanzar ladrillos simbólicos o no, no es muy feminista. No puedes ni debes quedarte callada ante eso, porque te recuerdo que fuiste como Irene Montero, Ministra de Igualdad, no a título personal.

El feminismo es un movimiento muy amplio que contiene muchas corrientes y pensamientos, nadie es dueña de una idea única, y todas y cada una de ellas deben ser tenidas en cuenta. Hay que dejar de lado los sectarismos, y escuchar a todo el mundo esté de acuerdo contigo o no.

Así que desde este rincón y repito con mucha pena como votante de Unidas Podemos, pido a la gente que está ofendiendo a las que nos mostramos contraria a la ley se nos pida disculpas, no nos merecemos esas acusaciones tan viles; a los y las que os estáis aprovechando de este tema, dejar al feminismo en paz; y a Irene decirle que de la cara señora ministra, de la cara. 


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