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domingo, 17 de febrero de 2019

Para el amor no hay etiquetas: El embarcadero


Muchos comentarios he oído y leído sobre la serie de la que siento a hablaros hoy, pero la verdad es que El embarcadero, ha superado todas mis expectativas, destrozando capítulo a capítulo las ideas preconcebidas de cada personaje y sus actos, porque al fin de al cabo una de las cosas más complejas que existen es el amor y las formas en el que algunos o algunas lo quieren vivir y sentir.

Por supuesto he querido comenzar con este post con la cabecera que es una banda sonora que ya te atrapa y te hace entrever la magia y la rasga que hay en La Albufera valenciana, que es uno de los sitios más bonitos que han visto mis ojos, esas playas salvajes e inmensos arrozales.


Una serie que te rompe, que no te esperas y te hace plantearte el amor, sus formas y hasta en mi caso, mi forma de vivirlo, con la cuál por cierto me encuentro muy satisfecha y feliz.

¿Pero quién nos dice qué el amor solo puede ser hacia una persona? 
¿Se pueden querer o estar locamente enamorado o enamorada de dos personas a la vez?

Con una realización, fotografía y montaje literalmente brutales, vamos siendo testigos de cómo no hay buenos/as ni malos/as, sino personas que viven y sienten su amor de formas distintas, aunque claro en algún momento, para mi fue inevitable, pensar "que cabronazo".


Dos auténticas leonas se muestran en unos papeles fuertes y diferentes, en el que cuando están juntas las chispas y la electricidad traspasan la pantalla de la televisión, en una montaña rusa de verdades incómodas y dolorosas, pero verdades.

Pero, ¿De qué va El embarcadero?


A través de Verónica Sánchez, Irene Arcos y Álvaro Morte, vamos descubriendo como la joven arquitecta Alejandra acaba de ganar junto con su socia la obra de un rascacielos millonario. Llama a su marido, Oscar, para contárselo: él está en Frankfurt.

Horas después, un guardia civil le dice que han encontrado el coche de su marido hundido en La Albufera con él dentro.

¿Se ha suicidado? ¿Estaba en Frankfurt?

Entre sus pertenencias, un segundo móvil que escondía su segunda vida con otra mujer, Verónica.

Y es ahí justo en ese momento en el que ellas dos se cruzan, se ven, se toca, cuando la historia, en la que hay mucho misterio y una muerte que debe ser investigada cuando vamos viendo la grandeza de ella.

No se si la habéis visto pero en serio, subiros a El embarcadero y dejaros llevar por esta historia rota de gritos y silencios que arrollan y atropellan a quienes la ven.

Por cierto cada vez me gusta más Álvaro Morte!!!

¿Qué tal vuestro fin de semana?

Mañana una nueva semana y como siempre nos vemos con más :) :) :) :) :)

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