Con una maquinaria de publicidad brutal, un reparto brillante y a los y las que vivíamos en Madrid que nos habían puesto en mitad de la Puerta del Sol un cartelón enorme, era imposible que hubiera algún o alguna despistada que no supiera que la primera producción 100x100 española de la todopoderosa Netflix llegaba a España con el título de Las chicas del cable.
Como os comenté la semana pasada en casa hemos aprovechado el estreno de esta serie para hacernos de Netflix, y no es que la hayamos visto entera, sino que la hemos devorado, disfrutado, saboreado, sufrido, indignado...
En el año 1929 muchas jóvenes mujeres llegan de distintos puntos de España tras abrirse la empresa que revolucionará el mundo de las telecomunicaciones. La historia narra el giro que toma la vida de cuatro jóvenes cuando se trasladan a la capital española para trabajar en este empresa.
Sus diferentes historias tiene un nexo común: están atadas por su familia, su pareja, sus recuerdos, su pasado....
Hay muchas cosas de la serie que han FLIPADO:
- Cómo muestra la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Y es que parece mentira pero la serie está ambientada en 1929 y después de casi 100 años seguimos luchando por la incorporación al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres.
- Cómo se muestran que son mujeres muy diferentes y fuertes, sin necesidad de adoptar el rol de hombre, porque se sienten seguras y con convicciones para conseguir sus sueños.
- Cómo los hombres a pesar de la luz que desprenden toman un segundo plano.
- Cómo se tocan muchos temas como el maltrato, la homosexualidad, la relevancia y poder del ejército... con miedos ni prejuicios, sino con valentía y dejando en quién la ve en buen poso en la mente.
- Esos escenarios y ropas usadas que son de sueño.
- Sus lozalizaciones que son adecuadas y nada artificiosas.
- Una banda sonora que acierta por no ser de la época en la que está ambientada, desmontando mi espera a ver que sonaba.
- El empaste de diferentes caracteres y modos de vivir en la misma empresa, formando aquello que yo podría definir como familia.
Me es imposible quedarme con una de las chicas del cable porque las cuatro son deliciosas:
* Blanca Suárez en un cambio de registro total, brillando con su picardía e inteligencia.
* Ana Fdez. que muestra una fuerza y garra capaz de comerse un edificio que se ponga por delante, pero a la par su ternura y en ocasiones e indefensión.
* Nadia de Santiago, que me ha dejado impactada por su aparente inocencia y fuerza sin final para conseguir las cosas y los sueños que ella desea, no dejándose pisar ni amedrentrar por nadie.
* Maggie Cevantos, con un personaje tierno y aparente fragilidad que demuestra un genio y una luz en pantalla aplastante.
Pero si me debo quedar con alguna, me quedo con Ana Polvorosa, que me ha desmontado, ni me imaginaba ya no solo la importancia sino la luz con la brilla en pantalla, con su mujer fuerte, con principios, con genio pero con mucha dulzura. De todas es la que más me ha enamorado.
Y detrás de estas historias de mujeres un trasfondo político muy negro y unas ansías de las mujeres por aspirar a más cosas que ser madres y esposas amantísimas. Ah!!! Y Victoria Kent, una mujer muy luchadora que poco la vemos y estudiamos en esta España nuestra que lucha por la igualdad pero que sigue anclada en un machismo atroz que mata.
Un acierto total de Netflix en cuanto a la trama y el reparto.
¿Para cuándo la segunda temporada?
¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido? ¿No? Por favor a qué esperáis?
Creo que Las chicas del cable es una de esas series que debería ser para las mujeres de visión obligatoria, porque no podemos dejar en el olvido ni en saco roto a todas esas mujeres valientes que se han dejado entre otras cosas la vida por conseguir que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos y deberes. Los hombres también, no vayáis a creer que os discriminó, porque yo soy de las que creo en el género masculino, si vivo con un hombre increíble :P
Muchos besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)
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