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domingo, 7 de mayo de 2017

Cinco temporadas y sigue llenando: Los Miserables en el Teatro Victoria de Madrid


Con la película en la retina (y mi amado Eddie Redmayne en mente) y que te ofrezcan un 2x1 en las entradas, muy pocos motivos teníamos mi amiga Lorena y yo para el sábado pasado en el Teatro Victoria de Madrid, para después de disfrutar viendo La casa de Bernarda Alba, no hacer una doblete teatral y entrar a ver Los Miserables, una de las obras dramáticas francesas más representativas.


Jean Valjean, es condenado a cinco años de prisión por el robo de una barra de pan que termina por convertirse en diecinueve años de encierro. Tras salir de la cárcel, Jean Valjean se ha convertido en un ser desconfiado e insensible, rechazado por la sociedad una y otra vez, hasta que se cruzan en su camino personas como, Monseñor Myriel, que le hará comprender que si deja atrás el rencor quizá le quede una oportunidad para cambiar su destino.


Jean reconduce su vida, pero no basta con querer ser mejor pues ese pequeño error hará que el inspector Javert, perro de presa, le aceche durante años. Esta obra describe la realidad desesperanzada de los sectores más bajos del París de mediados de siglo XIX y retrata una época plagada de revueltas y cambios que marcarán el principio de una sociedad más justa.

Con ella me han surgido pequeños conflictos, quizás y admito por tener demasiado presente la película, pero creo que debo ser sincera:

LO QUE MENOS ME HA GUSTADO:

- Es ese exceso de humor que aunque lo valoró no puedo obviar que Los Miserables es un drama, y buscar humor o gracias donde no las hay es caer en gustar al público de forma fácil.

- Esto es error mío, y es que todavía no me he leído la novela, por lo que la diferencia en el guión con la película es bastante amplia.

- Meterle en descanso que te desconecta de la obra. No pasa nada por estar dos horas sentados o sentadas en una butaca, para eso está el baño para ir antes.
Es que a mi particularmente la segunda parte después de un "innecesario" descanso se me hizo un poco pesada.



LO QUE MÁS ME HA GUSTADO:

- Al igual que en La casa de Bernarda Alba, tener una escenografía parca, sobria sin artificios, dándole a los actores, actrices y diálogos la importancia que se verdad tienen. 

- Que recaiga todo el peso de la escenografía en el vestuario, muy básico, pero aquí si que voy a usar un refrán y es que "menos es más" y aquí es un acierto.

- El movimiento en escena, usando todos los espacios y puertas posibles donde moverse, haciendo de la obra algo dinámico, con vida, con respiraciones.

- Un nombre propio, el actor que da vida a Jean Valjean, ese sufrimiento y dolor en la cara y esos hermosos monólogos y diálogos que tiene, son una delicia. Desconozco el nombre del actor pero desde este rincón felicidades.

- Aunque arriba pone que no me gusta, el intermedio te tiene de una forma inteligente pegado o pegada a la obra (nada de spoiler, ir a verla):

¿Os la recomendaría? Pues sin lugar a dudas porque si lleva cinco años y medio en cartel es por su calidad, y que siempre ver un clásico es lo mejor que nos puede mover para llevarnos al teatro.

He descubierto a través de la página del teatro, y de atrápalo, ofertas para poder ver cualquiera de las opciones que el Teatro Reina Victoria nos ofrece, así que no os lo penséis si queréis ir a teatro a buen precio y con buen resultado final, buscar este teatro y ver su cartel.

Además en un domingo como hoy en los que los franceses y francesas deciden su futuro, que mejor que hablar de la valentía del pueblo francés, esperemos y deseemos que hoy voten con responsabilidad y sin obviar que esa señora que aspira que ser presidenta de Francia tiene las mismas ideas que quiénes en los años 40 del S. XX los sometieron, explotaron y destrozaron, los nazis.

¿Qué tal vuestro fin de semana rinconer@s?

Mañana más y espero que mejor, porque me siento a hablaros del vicio máximo que viví el puente pasado con la serie 100x100 española de Netflix, Las chicas del cable, es alucinante.


Pero en este día de la madre, no quiero despedirme sin acordarme del espejo en el que me miró yo cada día, porque suena a tópico pero en nuestro caso es una realidad, ni mi vida ni yo sería la misma si no hubiera tenido la madre que he tenido la suerte de tener.


Una Maribel fuerte, soñadora, luchadora que hasta en sus peores momentos siempre me ha regalado una sonrisa y a día de hoy que ando con un bache profundo no se que sería de mis días sin sus visitas, ayudas, cariño, amor y también carácter porque muchas veces en mis bucles me hacen falta los cortes de alas de mi madre.

Te quiero mama.


:) :) :) :) :)


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