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miércoles, 8 de mayo de 2024

La bella Santa Pola

He tardado mucho en sentarme a compartiros mis vacaciones de Semana Santa porque fueron unos días de contrastes, porque por una parte fueron maravillosos en la compañía, pero, también, duros ya no solo de dolores que no había tenido nunca sino de dolores emocionales, que han puesto mi equilibrio mental en juego, pero de esto tengo pensado contaros con calma y seguramente lágrimas el domingo con calma.

Gracias a mis amigos, Lore y José que tomaron la decisión de comprarse una casa en Santa Pola, esta Semana Santa el rumbo estaba claro, y eso que los días de antes y la mañana del viaje no me encontraba como decirlo, muy flamenca.

Yo que años antes como dice Lore, tenía mi pequeño trauma con Guardamar del Segura, más que con el sitio con la compañía con la que estuve, debo deciros que he disfrutado de unos días maravillosos:

por la compañía, que fue la mejor, la de esa familia que vas formando con el paso de los años y con la que sabes que seguirás haciendo familia. Gracias amigos por hacernos sentir como en nuestra propia casa.

por el clima, porque mientras en el resto de España y Madrid en especial hicieron unos días horribles, allí pude meterme en la playa hasta la rodilla e inclusive ponerme en biquini.

por el sitio, que fue una sorpresa. tranquilo, bonito, habitable, visitable, disfrutable...

Comenzando por su Parque Natural y sus Salinas, un lugar donde pasear, clavar tus pies en esa arena blandita y casi gris y ver como la brisa y las olas del mar se te meten dentro del cuerpo.



Siguiendo por sus bunkers de la Guerra Civil.


Continuando por el Castillo medieval y su mercadillo, que no pudimos por dentro porque Amenábar esta grabando dentro de sus murallas.




Muchos bares, heladerías, sitios expertos en crepes... 

Nosotros terminamos nuestros días con la visita que me hizo ver que algo regular de salud me venía, lo que no me imaginaba es que iba a ser tan fuerte, la visita al Castillo de Santa Bárbara.


Unas buenas cuestas -por cierto tenéis ascensores por 2 o 3€- que te regalan unas vistas preciosas y el superarte porque cuando empiezas crees, por lo menos yo, que no las vas a poder terminar, pero cuando llegas arriba te encuentras con exteriores y vistas que merecen la pena pararse a mirar desde la tranquilidad y el respiro y, ver que antes que tú, han habido muchos y muchas y que seguro, cuando tú faltes ese sitio será eterno porque muchas miradas se posarán donde antes la has puesto tú.

Una Semana Santa para no olvidar y recordar.

Os veo esta noche con una recomendación culinaria maravillosa :P



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